Juan Yamid Sanabria
Las manifestaciones del paro arrocero concentraron el debate en los productores, pero ¿qué pasa con los consumidores?, los alivios económicos serán vitales para garantizar el fortalecimiento de este cereal en el sector agrícola, pero un reto mayor es no decrecer en el consumo nacional.
En el año 2023 según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) el consumo de arroz per cápita fue de 42 kilogramos por persona al año. Lo cual indica que el arroz es pieza elemental en las comidas colombianas, aunque en redes sociales se han viralizado con mayor intensidad una serie de contenidos que asocian problemas de salud con el consumo de arroz, tal como lo hizo el famoso influencer “Doctor Bayter” el 10 de julio del 2024 cuando indicó en su cuenta de Instagram que “el arroz es comer mierda, solo carbohidrato…” bajo un lenguaje inapropiado, pero que actualmente alcanza 3.9 millones de seguidores en esta red social.
Según expertos de la escuela pública de Harvard comer arroz más de cinco veces a la semana puede estar asociado a un mayor riesgo de desarrollar diabetes grado 2; pero se puede reducir el riesgo si se logra balancear con arroz íntegral, mantener las porciones entre 150 y 240 gramos, incluir vegetales y proteínas; y no consumir otros carbohidratos de manera conjunta. El arroz blanco es un alimento que contiene vitaminas como la B3, B6, B1 y B5, así como minerales tales como hierro, magnesio y calcio.
Por otro lado el paro logrará llegar a algunos acuerdos en el ajuste inmediato en los precios del arroz en cáscara, alivio a las deudas del sector, protección frente a los tratados de libre comercio, investigación a la industria molinera, atención a la crisis fitosanitaria en Zulia, revisión de cobros por agua y seguridad social, costo de la semilla certificada, protección a los cultivos de rotación, entre otros; pero deberían hacer un énfasis especial en la difusión para promover su consumo y derivados.
Finalmente, el Gobierno Nacional y los sectores arroceros llegarán a unos puntos de acuerdo que servirán para garantizar estabilidad en la cadena de producción; pero es oportuno revisar con mucha cautela los cambios culturales de consumo, donde muchos y muchas lo han quitado del menú para seguir nuevos modelos alimenticios; así rendirá tanto el arroz que posiblemente sobre.








