Alvaro Hernando Cardona González
Al conocer el excelente y muy gráfico Informe 2024 PNCV, nos han surgido varios comentarios al respecto que compartimos con nuestros lectores habituales.
En el marco de la Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica (COP16), que recientemente se realizó en la ciudad de Cali, el programa Parques Nacionales Cómo Vamos (PNCV) se ha venido centrando en el uso y la apropiación social de los Parques Nacionales Naturales, que conforma la jurisdicción de competencias de la unidad administrativa especial. El objeto propuesto es facilitar el fortalecimiento de la identidad territorial y sustentando la conservación.
Los Parques Nacionales Naturales no deberían ser elementos de conflicto en los territorios, ya que son la principal fuente de biodiversidad y del agua para los procesos productivos sobre todo en los sectores rurales.
Es loable que ya el país haya alcanzado a declarar el 37,63 % de sus áreas marinas y el 31 % de sus áreas terrestres bajo alguna figura de protección y conservación ambiental. Aunque sigue siendo negativo que sigan surgiendo deficiencias, especialmente por falta de recursos y las acciones de los delincuentes, en la administración efectiva de estas áreas.
En los últimos diez años, nada más, se han deforestado 125.745 hectáreas de estas áreas tan valiosas para Colombia y el mundo. Según el informe, en cinco áreas protegidas se concentra cerca del 77% del total de deforestación en este periodo. Lamentablemente los parques nacionales Tinigua (con 42.478 ha), Sierra de La Macarena (con 25.736 ha), Paramillo (con 10.505 ha), Serranía de Chiribiquete (con 9.610 ha) y La Paya (con8.759 ha), son los más afectados por este flagelo.
En el mismo informe se menciona que las principales causas de transformación que amenaza a los PNN son: la ganadería extensiva, la infraestructura vial no planificada, las economías ilícitas, el acaparamiento de tierras, la minería y los cultivos ilícitos. Todos ellos en mayor o menor medida son a su vez las causas de los conflictos socioambientales en estas áreas sensibles.
Tan solo las actividades ilegales, como la minería y los cultivos de uso ilícito, impactan negativamente el 40% de los PNN. Esto ocurre espacialmente, por ser zonas de difícil acceso, costoso monitoreo y vigilancia por parte de Parques Nacionales Naturales de Colombia y demás autoridades.
Los parques nacionales protegen el 32 % de la biodiversidad del país; allí se han registrado más de 1.958.000 observaciones biológicas; y en los 61 parques nacionales se han registrado 342 especies exóticas. Es decir, estas áreas son excepcionalmente ricas en todo sentido para Colombia, quienes les hacen daño, nos hacen daño a todos.
