Harold Salamanca
Las acciones estratégicas y legales bien dirigidas pueden marcar la diferencia entre la inacción y el progreso. En noviembre de 2024, desde la dirección legal de la Fundación SalBo, solicitamos al Ministerio de Salud de Colombia la necesidad de la incorporación en el sistema de salud de la técnica de auto toma en la detección temprana del cáncer de cuello uterino. Este método, ampliamente validado a nivel internacional, permite eliminar barreras de acceso geográficas y culturales, fortaleciendo la prevención de esta enfermedad prevenible y potencialmente mortal.
El resultado de esta gestión no tardó en llegar. La semana pasada, en el Congreso Internacional de Cáncer organizado por el Instituto Nacional de Cancerología, se socializó la nueva Guía de Práctica Clínica (GPC) para la detección y manejo de lesiones precancerosas de cuello uterino, la cual, por primera vez en una década, se actualiza e incorpora la auto toma como parte de la estrategia de tamización en mujeres mayores de 30 años y en mujeres con VIH desde los 25 años. Además, se reconoce el genotipo 45 del VPH como un factor de alto riesgo, sumándolo a los genotipos 16 y 18, alineándose con la mejor evidencia científica disponible.
Este es un paso trascendental para la salud pública en Colombia. Sin embargo, la tarea urgente ahora es que el Ministerio de Salud publique y socialice estos lineamientos de manera rápida y efectiva, asegurando su implementación en todo el país. No podemos permitir que este avance quede en el papel mientras miles de mujeres siguen enfrentando barreras para acceder a una detección temprana y un tratamiento oportuno.
Desde la Fundación SalBo, celebramos este logro y reafirmamos nuestro compromiso de seguir impulsando políticas públicas basadas en la evidencia, asegurando que estas transformaciones se traduzcan en acciones concretas que salven vidas. La actualización de esta guía era una deuda pendiente con las mujeres de Colombia. Ahora, el reto es garantizar la aplicación de la guía actualizada para la prevención del cáncer de cuello uterino sea una realidad para todas.
Como sociedad, no podemos darnos el lujo de postergar decisiones que impactan positivamente la salud de las mujeres y que marcan la diferencia entre la vida y la muerte. Ya dimos el primer paso. Ahora, debemos trabajar unidos para lograr la implementación efectiva de esta estrategia, asegurando que ninguna mujer en Colombia quede atrás. Hsalamanca@fundacionsalbo.org
