En el territorio huilense se han venido presentando un aumento de lluvias que vienen acompañados de intensas tormentas, que van acompañados de vientos y rayos que contribuyen a la caída de árboles, aumento de caudales de ríos y quebradas, remociones en masa, afectación a los sistemas de acueductos municipales y veredales, que están afectando el bienestar de las familias en esta región.
Los pronósticos se ven reflejados en los informes periódicos que emite el Ideam sobre los pronósticos del Clima. El fenómeno de la niña se manifiesta por las altas precipitaciones en algunas regiones del país y que el territorio huilense, no se sustrae a los efectos devastadores que están generando. Ya son 26 municipios huilenses donde se están presentando estragos, como daños en la infraestructura productiva del departamento. Todos conocemos que el suelo huilense presenta una alta fragilidad e inestabilidad geológica que junto con la intensa oleada invernal que estamos soportando, van a contribuir a diezmar las posibilidades de recuperación en el corto plazo. Estamos asistiendo a estos cambios del medio ambiente, que provocan las variaciones bruscas en las temperaturas, que están contribuyendo a afectar negativamente la dinámica productiva en esta región surcolombiana.
Dentro del contexto global, las decisiones del presidente Donald Trump para continuar con su obstinada política de no seguir con el cumplimiento de los acuerdos suscritos por sus antecesores para apoyar el accionar de apoyar todas las acciones gubernamentales para preservar el medio ambiente en ese país, es un error. El mundo le ha expresado que se está quedando solo, porque se está hipotecando el futuro de los ciudadanos a través de estas acciones erradas. Sin embargo, su decisión de salir del Acuerdo de París no debería sorprendernos, pues ya lo había anunciado con anterioridad. Pero lo que sí debería preocuparnos es el desconocimiento de la realidad ambiental que estamos afrontando. El ciudadano no comprende la importancia que tiene el cambio climático en nuestra vida y las amenazas que se avecinan, hasta que lo padecen en carne propia.
Por este motivo las familias, debemos seguir generando sinergias para preservar los recursos naturales. Igualmente debemos asumir actitudes preventivas para minimizar los riesgos que se presentan cuando ocurren estas torrenciales lluvias. Si todos aportamos un granito de arena, para contribuir con esta política que esbozan las autoridades ambientales y los organismos de socorro, podemos afirmar que hemos avanzado un paso al frente para frenar este proceso acelerado de deterioro del medio ambiente. La siembra de arboles es un gesto noble que debemos asumir. Son sinónimo de vida y bienestar para los habitantes que residen en dichas localidades. Son importantes porque mejoran la calidad del aire, el clima y la biodiversidad. También contribuyen a la salud de las personas y a la recreación. Los árboles en las ciudades y zonas rurales son importantes porque mejoran el bienestar de todos.







