Por: Amadeo González Triviño
Como fruto de las reflexiones y conversatorios que se van dando entre amigos afines al Derecho, se nos pareció fácil convocar a la comunidad de los operadores judiciales, abogados y estudiantes de la zona centro del Departamento, a unas charlas preparadas por otros tantos amigos conocedores del tema del Derecho Laboral, Administrativo-electoral, Familia y Derecho Penal, lo cual se realizó en el Municipio de Garzón el pasado 21 de febrero del presente año, al cual se unió la Alcaldía Municipal de Garzón, el Diario del Huila y el Colegio Nacional Simón Bolívar, en cuyo auditorio se desarrolló el encuentro.
Esta clase de eventos han sido parte de una constante que nos llama poderosamente la atención y en esta ocasión la respuesta fue extraordinaria si contamos con una participación masiva que nos alentó sobremanera en esta convocatoria, especialmente contando con el apoyo del Honorable Tribunal Superior de Neiva, quien hizo presencia con la Presidenta de la Corporación y la Presidenta de la Sala Penal, aunado al hecho de que los expositores tenían sendas cualidades académicas con lo que se generó y logró acreditar parte de esa preocupación por renovar ideas y conocer lo que se está planteando desde las Altas Cortes, en la interpretación y visión de la ley, de la norma y de la justicia, especialmente.
Pero aquí no termina la historia. Fuera de recibir la satisfacción por los resultados, quedamos convencidos de que es imperioso fomentar centros de lectura y de fundamentación permanente de las ciencias jurídicas, al igual que deben hacerlo todos los otros profesionales en las diversas áreas de la especialidad y del conocimiento, para saber cómo y de qué forma se está presentando el debate en torno a la necesidad de implementar mecanismos idóneos que nos acerquen en la construcción de una convivencia racionalizada hacia los pilares fundamentales de nuestra carta política, como son la paz y la participación conjunta de seres que amparados en la justicia, tenemos en las instituciones una sólida estructura que represente el soporte del imperio de la ley, en la lucha contra la corrupción, la impunidad y las injusticias sociales que hemos vivido en los últimos cien años de abandono.
La lectura diaria y permanente de una sentencia judicial, de una teoría jurídica, el desarrollo de un postulado y la aquiescencia hacia el conocimiento diario y permanente que ha de ser complementado con otras disciplinas del pensamiento, como lo es la cultura en general, a partir del arte, la literatura y la valoración de la espiritualidad que construye los escenarios de nuestro diario acontecer, se fortalecen en la urgencia por esos talleres que estamos proponiendo desde la provincia, y de esta manera, no ser ínsulas perdidas en el desierto del conocimiento, sino que nos vea comprometidos con el andamiaje social del que hacemos parte.
La simple lectura de una sentencia de un operador judicial, debe procurar un lenguaje sencillo, transparente y de fácil interpretación y comprensión por todos los ciudadanos, esto requiere entonces, que la filosofía del lenguaje, juegue un papel protagónico en la formulación de solución a los conflictos permanentes en los que estamos inmersos en el mundo de las relaciones humanas y que quienes han de orientar o facilitar la comprensión normativa de esos imperativos o de esos postulados sociales conocidos como la ley, sirvan para ser entendidos, sin necesidad de largas disquisiciones filosóficas entre el querer ser íntimo del legislador y en últimas de las partes en conflicto en determinado momento.
Por esto es que estamos comprometidos y así esperamos seguir apoyando, para que muy pronto y en corto tiempo, volvamos a reunirnos, en grupos o en grandes eventos, para seguir pensando y discutiendo ese pensamiento que nos acerque y nos haga volver los ojos hacia la convivencia pacífica que tanto añoramos hoy en día y que es el sueño de cualquier ser humano allende las distancias y los mares, como diría el poeta.
