Diario del Huila

¡Sírvanle al público!

Feb 26, 2025

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Juan Yamid Sanabria

Tenemos servidores públicos que hacen bien la tarea y otros con la falsa creencia que la gente debe servirles a ellos. La célebre frase de “las personas pasan y las instituciones quedan”, es parte de la legitimidad del estado, con unos sectores de la sociedad que reclaman mayor eficiencia pública y a su vez, menos gastos burocráticos; allí las tensiones políticas emergen con las formas de atención básicas insatisfechas. 

Es habitual llegar a una entidad pública y encontrar personal administrativo con mala actitud, con altos niveles de estrés laboral, o sin conocimientos básicos sobre sus funciones; muchos de estos saturados por extensas jornadas sin espacios de bienestar, descanso y esparcimiento; o con una calidad diferente como contratistas de prestación de servicios que no son servidores públicos, pero en la práctica lo parecieran; así como otros con cargos de planta que se creen “inamovibles”, ya sea por su tipo de vinculación o porque creen que su apoyo político respalda su negligencia. 

En efecto el estado es una organización burocrática; su palabra se deriva del francés bureaucratie, y este de bureau ‘oficina, escritorio’ y -cratie ‘-cracia’ que significa poder; es decir el poder del escritorio; pero eso no les confiere el derecho a tratar a los ciudadanos con palabras desobligantes o desprecio, ya que gracias a los impuestos o tributos se logra la remuneración para el pago de sus trabajos; así como una conciencia mínima de humanidad.

En los cargos directivos o de alto nivel, el tema se profundiza un poco más, ya que la concentración de poder es mayor, y son importantes tanto los procesos misionales como la calidad de profesionales que tenemos al frente de un Ministerio, Secretaria o cualquier Dependencia; por ello aunque el tiempo sea limitado, si les produce molestia atender público de manera planificada, ¡es mejor que se vallan!, le hacen daño a la imagen de los mandatarios. 

Finalmente, el manual de Carreño sería justo desempolvarlo para que un saludo atento, un vaso con agua, una disculpa, unos minutos de escucha real o un mensaje orientador sean lo cotidiano; y necesarias las pusas activas, mecanismos de respiración, trabajo grupal y formación en atención ciudadana para lograr entidades públicas con un clima organizacional óptimo. La confianza en el estado también empieza desde casa o sino pueden quedarse en ella.

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