La salsa colombiana está de luto. Wilson Manyoma, conocido artísticamente como Saoko y célebre por su interpretación del clásico El Preso, falleció a los 73 años. Su inconfundible voz y su legado en la música lo convirtieron en una de las figuras más emblemáticas del género.
La noticia fue confirmada por su hermano, Henry Manyoma, en entrevista con Caracol Radio. El cantante fue encontrado sin signos vitales en la madrugada de este jueves, luego de un complicado estado de salud que se agravó en los últimos meses.
Un deterioro progresivo
El artista había enfrentado diversas complicaciones médicas. Su estado comenzó a desmejorar tras un accidente con una bicicleta estática, en el que sufrió una grave lesión en la columna y la cabeza.
“Tenía una bicicleta estática que tenía como una banda. Al parecer, la banda se reventó y le cogió parte de la columna; le afectó la columna y parte de la cabeza”, explicó su hermano.
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Por recomendación familiar, Manyoma dejó Barranquilla y se trasladó a Cali, ciudad en la que residían sus seres queridos y donde recibiría mejores cuidados. Sin embargo, sufrió una nueva caída en el baño que le ocasionó un golpe severo en la cabeza, derivando en la formación de dos coágulos.
Ingresó a la clínica Sebastián de Belalcázar, donde recibió tratamiento. Aunque fue dado de alta el pasado lunes 17 de febrero, su salud no mostró mejoría. Durante el miércoles 19 no consumió alimentos y, en la madrugada del 20 de febrero, fue encontrado sin vida en su hogar.
Un legado inmortal en la salsa
Wilson Manyoma construyó una trayectoria impecable en la salsa. En sus inicios, hizo parte de Sonora Juventud, pero fue con Fruko y sus Tesos donde alcanzó la cúspide de su carrera. Su voz quedó inmortalizada en temas como El Caminante y El Preso, este último convertido en un himno de la salsa a nivel mundial.
Su talento lo llevó a compartir escenario con Joe Arroyo, con quien desarrolló una gran amistad. El intérprete de Rebelión le dedicó la canción Manyoma, en reconocimiento a su carisma y aporte a la música.
A pesar de los problemas de salud que lo aquejaban, Saoko nunca dejó de cantar. Su entrega y pasión por la salsa se mantuvieron intactas hasta sus últimos días, consolidándolo como una leyenda del género.
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