Se cumplen 30 días del más grande desplazamiento forzado que se ha tenido en la historia de la república en Colombia, donde más de 56 mil familias tuvieron que salir huyendo de sus territorios en el Catatumbo, por los enfrentamientos irracionales y violentos entre las organizaciones Narcoterroristas de las disidencias de las Farc y el ELN, que han dejado desolación y muerte de más de un centenar de personas en esta región, donde se produce más del 40% de la coca del país. Lo triste es el abandono del Estado en materia de inversión social y que solo hasta ahora, han logrado ampliar la logística de los organismos de seguridad del Estado, pero que han sido desbordados por la criminalidad que se ha venido fortaleciendo en esa región. De nada han servido las sanas intenciones del gobierno nacional para buscar la paz total con estas organizaciones delincuenciales, que los bajo su control. Además, se siguen presentando desplazamientos de familias en los departamentos del Cauca, Chocó, Bolívar y otras regiones del país.
Se espera que una vez regrese el primer mandatario de los colombianos al país, convoque a un Consejo de ministros que sea televisado para explique al país, la estructuración de las políticas públicas que se van a implementar para lograr el normal regreso de estas familias a sus territorios. Ya es hora de que el Estado coja por los cuernos esta problemática social, económica y política, que conduzcan a encontrar soluciones estructurales con el fin de recuperar esta importante región del país. La sangrienta arremetida del Ejército de Liberación Nacional (ELN) contra las disidencias de las Farc en la región del Catatumbo ha provocado también la muerte de una decena de firmantes de la paz. Recordemos que, desde hace dos años, se había logrado una relativa tranquilidad para los habitantes de esta zona de la frontera con Venezuela. Pero estas organizaciones narcoterroristas, han lanzado una ofensiva de grandes proporciones para controlar esta zona limítrofe con el vecino país.
El desplazamiento forzado de las familias hacia Cúcuta y otros municipios de la región, buscando protección en medio del fuego cruzado, ha venido generando una problemática muy seria para los demás municipios de este departamento, que con los escasos recursos que poseen, les tan brindando ayuda humanitaria. Infortunadamente, los combates continúan y se siguen aumentando los desplazamientos forzados. Las autoridades locales y regionales han lanzado un S.O.S. donde afirman que ya no les contestan en Bogotá las instituciones de alto nivel y no han vuelto a saber nada. El gobierno nacional, se ha olvidado de esta grave problemática, que a simple vista no encuentran una solución pronta en la búsqueda de una luz al final del túnel, que supere y remedie radicalmente esta grave crisis en que se encuentra sumida esta región del norte de Colombia.







