Por: Harold Salamanca
El cáncer de pene, aunque poco frecuente, ha mostrado un incremento preocupante en diversas regiones del mundo. Estudios recientes indican que países como Uganda, Brasil y Tailandia presentan las tasas más altas de incidencia. Este aumento es especialmente notable en naciones en desarrollo, donde factores como el acceso limitado a servicios de salud y la falta de programas de prevención contribuyen a esta tendencia.
Una de las principales causas asociadas al cáncer de pene es la infección por el Virus del Papiloma Humano (VPH). Este virus, comúnmente conocido por su relación con el cáncer de cuello uterino en mujeres, también es responsable de varios tipos de cáncer en hombres, incluyendo el de pene, ano y orofaringe. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el VPH es la causa de aproximadamente el 60% de los cánceres de pene.
La prevención y detección temprana son fundamentales para combatir esta enfermedad. Síntomas iniciales como úlceras dolorosas, llagas, bultos o irritación en el pene no deben ser ignorados. La higiene genital adecuada y la vacunación contra el VPH son medidas preventivas clave. La Organización Panamericana de la Salud enfatiza que la vacuna contra el VPH es más eficaz si se administra entre los 9 y 14 años de edad, preferiblemente antes del inicio de la vida sexual.
A pesar de que el VPH es responsable de aproximadamente el 5% de todos los cánceres a nivel mundial, la mayoría de las personas no son conscientes de su vínculo con diversos tipos de cáncer más allá del cuello uterino. Es fundamental aumentar la conciencia sobre la conexión entre el VPH y los cánceres en hombres y mujeres, y promover la vacunación de género neutro como una estrategia efectiva de salud pública.
La vacunación contra el VPH ofrece la mejor oportunidad para proteger a nuestras hijas e hijos de cánceres relacionados con el virus. Dado que la mayoría de las personas entrarán en contacto con el VPH en algún momento de sus vidas, independientemente de su sexo, es esencial implementar programas de vacunación que incluyan a ambos géneros. Un virus que no discrimina por género requiere una respuesta de vacunación igualmente inclusiva.
Como defensor de las actividades de prevención del VPH, mi objetivo es crear conciencia sobre la conexión entre el VPH y los cánceres en hombres y mujeres, y educar a los padres sobre los riesgos que el VPH representa para ambos sexos.








