Diario del Huila

El cáncer no es igual a muerte

Feb 12, 2025

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Por: Yamid Sanabria

La oncofobia es el miedo irracional que desata el cáncer, un temor que podemos manejar con información. Está enfermedad se desarrolla por el incremento de células que se dividen sin control con la capacidad de infiltrarse y destruir el tejido corporal normal; también puede hacer metástasis para propagarse por otras partes del cuerpo. Por supuesto nadie está preparado para luchar contra esta enfermedad o ser cuidador, pero los avances tecnológicos son muy alentadores para su detección oportuna y tratamiento.

Esta semana el instituto Médico Oncologico del Huila tuvo un gran avance con un paciente que logró superar un cáncer de pulmón; y ahora el Instituto se prepara para abrir la torre de medicina nuclear con estudios PET/CT siendo el primero en el departamento, así como gammagrafias, y terapias radio metabólicas para el tratamiento de las patologías de tiroides, cáncer de próstata y tumores neuroendocrinos.

El tratamiento del cáncer suele estar relacionado con las quimioterapias que causan pérdida del cabello, debilitamiento muscular, depresión, entre otras consecuencias; pero la medicina nuclear ofrece una visión funcional en una modalidad de imagen a través de radiofármacos para el diagnóstico y tratamiento del cáncer sin causar afectaciones tan profundas o daños colaterales. Todo un reto de la medicina huilense que estará al lado de la clínica Medilaser frente a la Universidad Surcolombiana.

La detención a tiempo es vital, por ello es clave conocer ciertos factores de riesgo que pueden desarrollar la enfermedad como antecedentes familiares, fumar, tener más de 50 años, exponerse a sustancias tóxicas en el ambiente, tener obesidad, beber en exceso, entre otros; que si bien es cierto no existe uno en especial, varios están asociados con esta enfermedad. Por su parte los síntomas generales son la pérdida de peso sin causa aparente, fiebre sin motivo claro o persistente, sudoración nocturna intensa sin explicación, aparición de bultos o masas, especialmente en el cuello o axilas, heridas que no cicatrizan, sobre todo en la piel o la boca, sangre en la orina o en las heces, cambios en la piel, tos persistente por más de tres semanas sin estar relacionada con una infección respiratoria, diarrea o estreñimiento por más de tres semanas sin mejoría con tratamiento, entre otras que se pueden detectar con chequeos rutinarios y un diagnóstico profesional.

Finalmente, esperamos que la medicina nuclear sea la respuesta para una cura definitiva en esta década; mientras deseamos que quienes pasen por esta batalla la puedan ganar, sí es posible.

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