Por: Amadeo Gonzalez Triviño
Innegablemente para cualquier columnista de opinión, los temas que han desbordado y concitado el interés general de las comunidades, desde el nivel local, regional, nacional e internacional, son más que suficientes para poder considerar que cualesquiera de todos esos aspectos, es suficiente para generar un espacio generador de ideas y precursor de otras tantas iniciativas en las que tenemos que poner de presente, la realidad, la verdad y el mundo circundante.
Un imperialismo desbordado, que comienza a dar síntomas de un proceso de guerra fría de insospechadas consecuencias en el aspecto expansionista, persecutor, extorsionista y por qué no decirlo, convocantes a una especie de tercera guerra mundial, desde el escritorio y con el poder del dólar por delante, es toda la forma como ha encarado la administración de la nueva era del gobierno de los Estados Unidos, cuando a su arbitrio, dispone y orquesta una forma de exterminio del pueblo palestino con el beneplácito silencioso de las comunidades internacionales, la fórmula aterradora de la imposición de aranceles y toda esa gama de persecución contra los inmigrantes en su patria, hacen parte de un espacio desconocido en la política desde los inicios de la segunda guerra mundial.
Anunciar la imposición de sanciones contra los integrantes de la Corte Penal Internacional, de la cual no hace parte los Estados Unidos, y como retaliación por los procesos que se adelantan contra el gobernante de Israel, por la barbarie y la masacre de más de cincuenta mil palestinos en la Franja de Gaza, y querer sancionar a la OMS, como incluir a Canadá, Groenlandia y otros despropósitos que desestabilizan las políticas en todos los continentes, es más que suficiente para entender que este proceso será dañino, hasta el punto de que todos, incluidos los norteamericanos, serán los más perjudicados por esa imagen que arrastrarán en adelante en el proceso histórico que se ha de escribir en el mañana.
Y mientras esto sucede y nos quedamos a la expectativa de muchas movilizaciones que han de desplegarse en apoyo de unos y de otros, nuestro país no es ajeno a la forma como los medios de comunicación y los partidos políticos, se centran en alimentar y sustentar la polarización política con extremismos, cuando se ha pretendido adelantar un proceso de cambio generacional en la forma de hacer gobierno y cuando se sucede, como ha de suceder en todo momento con los gobiernos de turno, sean representativo de una o de otra forma de pensar, derecha, centro o izquierda, fenómenos de corrupción o de transgresión a los principios de transparencia y de coherencia con los cambios requeridos día a día en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria.
Por eso, la administración de justicia, los operadores de esa justicia, tienen en su largo trasegar mucha responsabilidad y muchas tareas pendientes, tanto para que no suceda como no ha sucedido hasta la presente, vivir del sensacionalismo y ocuparse únicamente de lo que estamos viviendo en los actuales momentos, a cambio de dejar morir en los anaqueles de los despachos judiciales esa andanada de procesos de otros gobernantes de turno, que solo esperan el paso del tiempo para alimentarse de la prescripción, de la impunidad y de la inequidad en el tratamiento de la aplicabilidad de la ley y por consiguiente de la persecución contra el delito.
Es necesario y así lo entendemos, que estos procesos complejos que vivimos en los actuales momentos desde el aspecto internacional y que nos corresponde vivir en carne propia como país y región, hacen parte de un estadio evolutivo en el cual tenemos la necesidad de saber que por delante están los procesos de correspondencia con las comunidades y de apoyo a todo aquello que contribuya, de una u otra forma, con la convivencia y la paz, como postulados filosóficos y de política institucional que nunca hemos tenido.








