La Aeronáutica Civil de Colombia publicó el informe final del accidente aéreo ocurrido el 1 de mayo de 2023, que involucró a una aeronave tipo Cessna, matrícula HK 2803.
Este trágico suceso ganó relevancia internacional debido a la milagrosa supervivencia de cuatro niños indígenas, quienes resistieron 39 días en la selva amazónica tras el siniestro.
Según la investigación, el accidente se produjo por un mal funcionamiento del motor. El informe detalla que el piloto reportó durante el vuelo en crucero una pérdida reiterada de potencia y la posible apagada de la planta motriz, sin lograr recuperarla. Esta situación derivó en un arborizaje forzoso en una densa zona selvática.
La Aerocivil identificó como causas probables una interrupción del flujo de combustible hacia el motor, atribuible a diversas razones, entre ellas: obstrucción en una línea de combustible, falla en componentes del sistema como la selectora de tanque y posibles problemas con el control de mezcla en la cabina de mando.
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Un factor relevante en el análisis del accidente es que la aeronave ya había presentado un siniestro por falla del motor el 25 de julio de 2021. Durante el proceso de reparación posterior, aparentemente no se siguieron estrictamente los procedimientos técnicos establecidos, lo que pudo haber contribuido al nuevo fallo.
Otras causas consideradas incluyen:
Avería eventual en el sistema de combustible debido a deficiencias en la reparación tras el siniestro de 2021.
Posible contaminación del combustible por condiciones de almacenamiento inadecuadas en los aeródromos de Carurú y Araracuara.
En cuanto a la supervivencia de los niños, el informe destaca que la parte trasera del fuselaje conservó su integridad estructural, creando un espacio de protección crucial para los ocupantes. Además, se señala que el niño de cuatro años era el único que llevaba puesto el cinturón de seguridad, mientras que la bebé de brazos fue protegida por su madre durante el impacto, según lo evidencian las lesiones que esta última sufrió.
Factores determinantes para la supervivencia de los menores incluyeron su conocimiento del entorno selvático, su buen estado físico y de salud, y la decisión de permanecer en un solo sitio, lo que facilitó su localización tras el despliegue de cerca de 2.000 volantes durante la operación de rescate.
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