Por: Oscar Eduardo Trujillo Cuenca
oscartrujillo79@gmail.com
La democracia ha sido, desde sus inicios en la antigua Atenas, un sistema frágil y expuesto a la crítica, como lo menciona en su texto -Frágil Democracia-, la escritora española Irene Vallejo, en su libro “Alguien habló de nosotros”. Sin embargo, su esencia radica en la participación ciudadana y en la elección de líderes que velen por el bien común. Pericles, uno de los más grandes estadistas atenienses, estableció cuatro cualidades fundamentales que un gobernante debía poseer: conocimiento, capacidad de explicación y convicción, amor por la ciudad y rechazo a la corrupción. Estas cualidades, aunque establecidas hace siglos, siguen siendo altamente relevantes en la actualidad, especialmente en el contexto de los próximos procesos electorales nacionales, donde la ciudadanía tiene la responsabilidad de elegir líderes que encarnen estos valores.
Análisis de las Cuatro Cualidades del Gobernante, según Pericles
1. Conocimiento: Pericles sostenía que un líder debe saber lo que está haciendo. En la actualidad, esto se traduce en la necesidad de que los candidatos posean una preparación sólida en administración pública, economía y política. En el marco de las elecciones nacionales, los ciudadanos deben evaluar las propuestas y la trayectoria de los aspirantes para evitar elegir a figuras que carezcan de la experiencia necesaria para enfrentar los desafíos del país.
2. Capacidad de Explicación y Convicción: Según Pericles, no basta con tener conocimiento; hay que saber transmitirlo. Hoy día, en la era de la información, la comunicación efectiva es vital. Sin embargo, el problema es que algunos líderes utilizan la oratoria para manipular, tergiversar la realidad y confundir a los ciudadanos. La capacidad de convencer no debe usarse para el engaño, sino para generar confianza y transparencia. En el proceso electoral, es clave discernir entre líderes que explican sus propuestas con claridad y aquellos que recurren a la retórica populista sin contenido real.
3. Amor por la Ciudad: Pericles consideraba que un líder debe amar su polis y trabajar por el bien común. En nuestros tiempos, el amor por el país se ha visto desplazado por intereses personales y partidistas. Algunos políticos priorizan su carrera sobre el bienestar de la sociedad, lo que ha generado desconfianza y apatía en la ciudadanía. Recuperar este amor por la ciudad implica una política basada en el servicio público y no en la ambición personal. En las próximas elecciones, los ciudadanos deben analizar quiénes están realmente comprometidos con el desarrollo nacional y quiénes buscan el poder por intereses personales o partidistas.
4. Rechazo a la Corrupción: Pericles afirmaba que un gobernante no debe aceptar sobornos, ya que la corrupción destruye el tejido social. Hoy, la corrupción sigue siendo uno de los mayores problemas en la política global. Es fundamental establecer mecanismos de control, transparencia y rendición de cuentas para evitar que el dinero y el poder perviertan la democracia.
Si bien estos principios siguen siendo esenciales, la realidad política actual dista mucho del ideal de Pericles. La sobreexposición mediática ha convertido la política en un espectáculo, donde la imagen prevalece sobre la competencia técnica. La desinformación y la polarización han debilitado el diálogo y han fortalecido el fanatismo ideológico, erosionando la capacidad de elección racional de los ciudadanos.
Además, la globalización ha generado nuevos desafíos para la gobernanza, ya que los líderes no solo deben atender los problemas nacionales, sino también responder a crisis internacionales, como el cambio climático, la migración, la desigualdad económica, entre otras.
El Síndrome de Hybris y la Borrachera de Poder
Un problema recurrente en la historia de la política es la transformación de los gobernantes cuando acceden al poder. En el texto -Borrachera de Poder-, Irene Vallejo, nos presenta como el síndrome de Hybris afecta a muchos líderes, alejándolos de la realidad y haciéndolos caer en la soberbia y la imposibilidad de reconocer sus errores. Esta arrogancia, inspirada en la mitología griega por la diosa Ate, conduce a la falta de autocrítica y, finalmente, a la caída del gobernante. En el marco de las elecciones, es crucial que los ciudadanos evalúen si los candidatos muestran signos de humildad y capacidad de aprendizaje o si, por el contrario, demuestran una actitud mesiánica y autoritaria.
Propuestas y Reflexiones para un Voto Responsable
Para rescatar los principios de Pericles en el mundo actual y aplicarlos en las elecciones nacionales, propongo las siguientes acciones:
- Educación política y cívica: Informarse sobre los candidatos, sus propuestas y sus antecedentes, evitando ser influenciados por campañas de desinformación.
- Transparencia y tecnología: Consultar plataformas que permitan el acceso a información clara y objetiva sobre los candidatos y sus gestiones pasadas.
- Reformas en la selección de líderes: Apoyar iniciativas que promuevan debates abiertos y la rendición de cuentas en los procesos electorales.
- Regulación de medios y redes sociales: Identificar y denunciar noticias falsas que busquen manipular la opinión pública en favor de determinados candidatos.
- Fortalecimiento de la justicia: Implementar sanciones severas contra la corrupción y garantizar la independencia de los poderes del Estado.
En conclusión, aunque la democracia sigue siendo frágil, los principios de Pericles pueden servir de guía para construir sociedades más justas y equitativas. La responsabilidad no solo recae en los gobernantes, sino también en los ciudadanos, quienes deben ejercer su derecho al voto con criterio, eligiendo líderes que realmente encarnen el conocimiento, la transparencia, el amor por el bien común y la lucha contra la corrupción. La democracia solo florecerá cuando principios como los mencionados sean los pilares de la gobernanza.








