Por: Gerardo Aldana García
El cervatillo de nombre Joder Retro, era un líder que comandaba un territorio llamado Nación Locombia que albergaba manadas de su propia especie en número aproximado de 50.000.000., que, junto a él y bajo sus órdenes, vivián en una basta llanura de aproximadamente 1.142 kilómetros cuadrados. Este cervatillo, al frente del gran rebaño, ostentaba el papel de líder fruto de un proceso eleccionario en donde, resultado de su discurso de izquierda bajo propuestas progresistas, había derrotado la tendencia de gobiernos anteriores en donde eran recurrentes flagelos tales como negociados ilegales de pasturas para ñus y antílopes, lo que, en épocas de verano, generaba graves situaciones de desabastecimiento de alimento para la población cervatilla. También había prometido la independencia económica de su territorio de los controles imperiales que durante cerca de un siglo mantenía el gobierno del territorio conocido como Nación Soberanos Ungidos, que dominaba gran parte del planeta, presidido por los leones; y, a la sazón del momento, comandado por un nuevo monarca llamado Komal Rom. Rom era un veterano dirigente, exlíder de Soberanos Ungidos, político, y ante todo, un poderoso empresario dominador de extensas praderas y zonas de montaña, todas surcadas por ríos que mantenían abundantes niveles de agua en todo tiempo, tanto en el territorio que gobernaba por segunda vez, como en otras naciones del planeta.
Las relaciones de orden político, económico, cooperación, migración y mercados, sostenidas entre Locombia y Soberanos Ungidos, tenían la característica de mantenerse vivas y regularmente fluidas entre los dos territorios, salvo dificultades fruto de condiciones para consensos que, en todo caso, sin importar quien gobernaba en uno y otro lado, se superaban. Destacaba dentro de las relaciones comerciales, el significativo flujo de abono orgánico producto del estiércol de los ciervos que era llevado desde Locombia a Soberanos Ungidos, a cambio de la protección que este último ofrecía a los herbívoros locombianos frente a las amenazas permanentes de naciones de hienas, leopardos y guepardos que solían asolar devorando crías, madres y padrones, sin distinción alguna. El abono exportado ingresaba a la nación de destino, sin impuesto alguno. La materia prima recibida por Soberanos Ungidos, era almacenado en enormes cavernas para ser empleado en diversos usos, como la fertilización de pasturas e incineración en temporadas de invierno para prodigar calefacción, preponderantemente a la población felina de leones y luego de otros en orden de prioridad.
Uno de los escenarios que suscitaba polémica entre las dos naciones era justamente la migración acentuada de ciervos locombianos hacia Soberanos Ungidos, motivada por el sueño de llegar a gozar de las mejores pasturas para familias enteras y jóvenes que veían en la nación regentada ahora por Komal Rom, el escenario para hacer realidad sus sueños de nutrición y salud, mucho más allá de la básica sobrevivencia experimentada en Locombia, para lo cual, miles de ciervos anualmente se lanzaban en una aventura incierta en procura de llegar a Soberanos Ungidos, que incluía pasar la frontera limítrofe entre la nación de destino y la de Libecico, no sin antes haber atravesado al menos cuatro naciones más. Esta ruta era conocida como El Mueco. Frente a la situación de ilegalidad de los ciervos que ingresaban a Soberanos Ungidos, esta nación, en el último año había enviado de vuelta a Locombia a cerca de 14.000 ciervos, de diferentes edades y sexo. La determinación del poderoso país que se venía implementando durante diferentes momentos de cada año transcurrido, se operacionalizaba mediante la conducción de grandes rebaños controlados y dirigidos por efectivos de las fuerzas de seguridad de Soberanos Ungidos, integradas especialmente por leones, y algunos hienas y leopardos, estos últimos, que por razones migratorias habían nacido en el suelo del poderoso país, siendo reconocidos como nacionales.
El hecho es que, la mañana del tercer domingo de enero del año XXV, Joder Retro asombró a Locombia, al mundo y al propio Soberanos Ungidos, con su decisión de no autorizar el ingreso del último envío de cerca de 200 ciervos que venía deportado hacia la nación cervatilla. El líder argumentó que esa no era la forma de tratar a sus connacionales quienes merecían ser abordados con dignidad humana. La masiva deportación debió regresar a su punto de partida, con el natural costo logístico y económico para Soberanos Ungidos, pero por, sobre todo, generando una sensible indignación en el líder Rom.
Y la respuesta ante el osado pronunciamiento del líder Joder Retro, no se hizo esperar en Soberanos Ungidos; Komal Rom, quien vio en la situación migratoria una oportunidad para mostrarse poderoso ante todas las naciones que ya habían sido avisadas de la masiva deportación de inmigrantes ilegales en territorio de Soberanos Ungidos. De inmediato, promulgó la medida según la cual, todo el abono proveniente de Locombia sería grabado con un impuesto del 25%, en una primera etapa, con vocación de crecimiento hasta el 50%, en el mediano plazo, lo que significaba para los ciervos incrementar el envío regular a fin de seguir contando con la tan necesaria seguridad nacional prestada por Soberanos Ungidos. Así mismo, se intensificarían los operativos de deportación de ciervos.
Frente a la grave determinación del líder de Soberanos Ungidos, el círculo de ciervos encargado del manejo de las relaciones diplomáticas se esforzó tan rápido como pudo, por encontrar una salida a la complicada crisis. De hecho, en un gesto inteligente, recurrieron al exlíder de Locombia llamado Cántaro Vive, acérrimo y consuetudinario contradictor de los ideales políticos y accionar de gobierno de Joder Retro. Vive tenía excelentes contactos y relaciones con funcionarios muy cercanos al líder Rom. Mientras el equipo se devanaba los sesos para resolver el problema, el líder Joder Retro seguía pensando en desafiar al imperio de Rom, para lo cual, hacia las 4:00 p.m. de ese día de crisis, con apoyo de la aliada nación de Los Carroñeros, organizó todo para que una bandada de diez cóndores, llegara a igual número de naciones y diera el mensaje en donde él ratificaba su negativa frente a la deportación de locombianos, Este actuar de Retro generó una enorme fatiga y decepción en su equipo diplomático, en los nacionales de Locombia y de los connacionales radicados en Soberanos Ungidos, ahora notable y peligrosamente amenazados, mucho más que un día antes.
Afortunadamente, tanto el enhiesto y probo ciervo al frente de la diplomacia Locombiana llamado Buenlibrillo y la cierva asesora personal de Joder Retro, de nombre Aplauda Lagabia, persuadieron al líder, lo que llevó a que ese mismo día de crisis, el gobierno de Retro informara al gran imperio que los connacionales ciervos deportados no solo serían recibidos sino que para ello, el propio gobierno locombiano enviaría su cuerpo de seguridad, conformado por hienas y leopardos, para que custodiaran el desplazamiento de regreso de los miles de ciervos cuya deportación, horas antes, había sido desautorizada. Ante la predecible sumisión e inexorable genuflexión del cándido Joder Retro, el líder Komal Rom reversó las medidas promulgadas, no sin antes exaltar la docilidad de su imprevisto e inofensivo contradictor que, al ver que las pompas que su tina de obnubilación, reventaba; desnudo y con la cola entre las piernas, se escondía tras sus más cercanos colaboradores y salvadores. No obstante, Retro seguía porfiando una que otra vez, enviando aves de carroña con trinos contestarios a Rom; ante lo cual, afectos y no afectos al gobierno Retro, decían: ojalá Komal Rom preste oídos sordos a tan desolado ciervo que torpemente desafía al Rey León.








