ERNESTO CARDOSO CAMACHO
Ha comenzado la carrera política hacia las elecciones del año próximo, en un claro contexto de excesiva crispación polarizante entre petrismo y antipretismo. El reciente episodio relacionado con la deportación de inmigrantes ilegales desde Estados Unidos a Colombia, ha señalado la postura radical tanto de Petro como de Trump, aspecto que si bien es cierto es de política internacional y diplomacia, se convirtió en el detonante que marcó el grado de polarización ideológica entre izquierda y derecha, del cual difícilmente nos escaparemos.
En tal escenario la presunta o real intervención del expresidente Uribe ante el gobierno Trump ha servido para intensificar el grado de polarización, al punto que en las redes sociales se dispararon las llamadas bodegas de uno y otro bando, generando así un clima de violencia verbal y escrita con el que se pretende influir en la opinión ciudadana, ajena a tales diferencias ideológicas.
De esta manera arranca el escenario electoral del 26 en una tendencia que ya empiezan a revelar las recientes encuestas. Al respecto, acaba de publicarse por Semana la realizada para dicho medio de comunicación por una de las firmas encuestadoras más prestigiosas y reconocidas como es C.N.C, medición que confirma la tendencia que se percibe sobre esa aguda polarización.
Al respecto habría que precisar de entrada tres cosas importantes. Las encuestas miden las percepciones que las personas tienen acerca de sus preferencias políticas, pero donde influyen los sucesos recientes a su medición. Reflejan con gran posibilidad de acierto lo que el ciudadano percibe como los principales problemas que afectan sus creencias, valores, sentimientos y realidades sociales o económicas. Y permiten avizorar lo que la cambiante realidad del mundo ofrece hoy en el contexto de la globalización económica, social y cultural que se transmite a través de los medios masivos de comunicación y de manera influyente por las redes sociales.
De esta manera, las encuestas constituyen sin duda alguna, una herramienta técnica que cada día es más útil para la ciencia política, al punto que en muchos casos y en circunstancias especiales, han llegado a manipular la opinión ciudadana en favor o en contra de candidatos que se enfrentan en una elección. Aquí es donde se visibiliza o se ignora la imagen que permite crear o estimular favoritismos o reducirlos hasta negarles cualquier opción de triunfo.
Volviendo a los resultados arrojados por la reciente encuesta del C.N.C, una observación objetiva y rigurosa acerca de sus cifras, permite señalar que la muestra es considerable 1.513 ; la recolección de la información fue presencial en hogares y además cubrió cerca del 17% del territorio nacional en sus diversas regiones, aspectos que le dan credibilidad a sus resultados.
La intención de voto para candidatos a la presidencia señala que Vicky Dávila lidera la competencia con el 12.7%; le sigue Fajardo con el 11.8; Galán 7.8; y Claudia López 6.9.
Así mismo, como datos relevantes se observa que confrontados por tendencias ideológicas de la polarización, en una eventual consulta entre los de la derecha Vicky obtiene el 36.4; Germán Vargas Lleras el 20.3; Miguel Uribe 20.1; Cabal 14.5; Paloma 3.9.
A su vez entre los de centro-izquierda también en una eventual consulta, lidera Claudia López con el 20.4; Galán 15.6; Oviedo 14.2 y los demás aspirantes obtienen cifras muy bajas todavía.
Por el lado del centro, es Fajardo el que lidera con el 27.1%. Cabe aclarar que muchos de los indagados por el sector de centro izquierda son más cercanos al centro de Fajardo que a la centro-izquierda de Claudia López.
Y en el sector petrista es Bolívar el que marca 29.1 seguido del exalcalde Quintero con el 20.3, mientras los demás aspirantes de tal sector aún no registran cifras importantes.
En estas circunstancias es posible mencionar algunas conclusiones, desde luego interpretando tales cifras con objetividad y en el claro entendido que se trata del primer gran sondeo de opinión, con el cual arrancan las expectativas de cada sector ideológico y de sus respectivos candidatos.
Se confirma que la disputa presidencial del 26 se moverá entre los dos sectores de la polarización, aunque el llamado centro podría avanzar para convertirse en una clara opción. No obstante, es bien sabido que Fajardo con tres intentos fallidos marca bien en las primeras encuestas, pero luego se desinfla. Habría que observar el movimiento de Galán porque éste podría abanderar tal sector, con claras posibilidades de aglutinar en torno suyo a otros candidatos tanto de la izquierda como de la derecha.
Las cifras favorecen a Vicky Dávila encasillada en la derecha con una gran ventaja estratégica a su favor, dado que es una destacada periodista, con mucha visibilidad, con claros antecedentes de denuncias de corrupción política de uno y otro bando; hecho que parece la coloca como la outsider de la época tal como ocurrió con Rodolfo Hernández en el 22. Es posible que el evidente desgaste de los partidos y de sus dirigentes de la derecha le favorezcan para crecer en las encuestas. Al respecto conviene decir que la postura de Petro tan radical en la polarización, podría favorecer la apuesta de Vicky como una alternativa nueva, aunque sin experiencia en los temas del Estado.
Existe también una clara tendencia a que la derecha representada en los aspirantes del uribismo, logre consolidar una fuerza que finalmente determine como se harán las posibles y necesarias alianzas de ese sector; hecho que ya se está empezando a reclamar, en el propósito de no otorgar ventajas a los otros dos sectores; pues es evidente que Petro tiene la posibilidad de influir para que quienes jueguen en el centro, terminen siendo sus aliados al lograr que su candidato pase a la segunda vuelta.
En fin, el tema apenas comienza y muy seguramente las tendencias que reflejen las encuestas, irán mostrando los favoritismos individuales y desde luego las posibles o seguras alianzas.








