Un artículo publicado el día anterior por el prestigioso periódico del New York Times, en la columna de las distinguidas periodistas Annie Correal, Julie Turkewitz y Genevieve Glatsky “Qué ocurrió en Colombia con la crisis por las deportaciones de Trump”, demuestra que el Expresidente Alvaro Uribe Vélez se convirtió en el salvador para apoyar a solucionar la profunda crisis diplomática, política y económica que se suscitó el domingo anterior por un trino del presidente Gustavo Petro Urrego a las 3 a.m., producto de la negativa de recibir dos vuelos militares que llegaron con 160 migrantes ilegales a esa hora, luego de que fueran autorizados con antelación por el primer mandatario de los colombianos. Ante la ausencia del presidente después que emitió dicho mensaje a través de su dispositivo, hasta las horas de la noche, la designada para ocupar la Cancillería del País, una vez se retire el actual Gilberto Murillo, Laura Sarabia Torres, empezó inmediatamente los diálogos con todos los expresidentes de Colombia, gremios, congresistas y de más actores de la vida nacional para encontrar algunas alternativas para solucionar esta crisis desatada.
Los amigos del presidente Gustavo Petro e incluso su adversario político más poderoso, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, intervinieron rápidamente, trabajando con contactos en Washington para ayudar a desactivar una crisis que amenazaba con devastar la economía de Colombia y trastornar las relaciones en la región. Infortunadamente, ningún funcionario del gobierno nacional podía tener contacto con los voceros del presidente Donald Trump. Era tal el desespero del Estado colombiano, para buscar interlocutores válidos para encontrar senderos de comunicación para conjurar esta mega crisis. Aparece en el escenario internacional el expresidente Alvaro Uribe Vélez, quien desprendido de ideologías y de los ataques agresivos del que ha sido objeto por parte de la actual administración nacional, inició un proceso de comunicación con los voceros del gobierno del presidente Trump. Su interlocución directa con el secretario de Estado, Marcos Rubio, congresistas Republicanos y demás voceros del gobierno estadounidense, lograron que se abriera el dialogo entre los dos gobiernos, que permitió superar esta crisis a las 11 de la noche del mismo día.
Vale la pena destacar la gestión de la nueva Canciller Laura Camila Sarabia Torres, quien, a pesar de su corta edad para dirigir las relaciones internacionales del país, logró a través del dialogo y el reconocimiento de los demás actores de la vida nacional, para afrontar y contribuir a solucionar esta situación critica que se venía venir a toda la sociedad colombiana. Nuestro reconocimiento. Y para el expresidente Alvaro Uribe Vélez, nuestros agradecimientos. Definitivamente su experiencia, experticia y su calidad humana para manejar los asuntos de Estado, se demostraron el domingo anterior. Nos deja una gran lección: No se deben utilizar dispositivos electrónicos para manejar las relaciones diplomáticas del país.
