«En el sur del Huila, jóvenes de Pitalito están dejando las aulas y optando por caminos oscuros. Mientras miles de estudiantes abandonan la escuela, algunos se están sumergiendo en el mundo de la brujería virtual, ganando hasta un millón de pesos a la semana. ¿Qué está pasando en esta localidad y qué consecuencias podría tener este fenómeno en su futuro?»
DIARIO DEL HUILA, Investigación
Unidad Investigativa
La situación que se vive en Pitalito, un municipio del sur del Huila, está comenzando a generar alarmas en las autoridades locales y padres de familia. En los últimos meses, se ha observado una tendencia creciente entre los jóvenes de dejar sus estudios para incursionar en actividades que, aunque inusuales, parecen estar ganando terreno en la localidad. Se trata de trabajos relacionados con la «brujería» que, mediante plataformas digitales, permiten a los jóvenes ganar importantes sumas de dinero de manera semanal. Esta situación está afectando gravemente la educación y el futuro de muchos adolescentes, lo que ha generado una creciente preocupación.
Lo que empezó como una actividad aislada, hoy es un fenómeno que está afectando a cientos de jóvenes en Pitalito. Según reportes, algunos de estos jóvenes están ganando hasta un millón de pesos a la semana, lo que se convierte en una opción tentadora para quienes enfrentan una realidad económica difícil. Sin embargo, lo que muchos no saben es que este dinero podría estar proveniente de actividades ilícitas, como el narcotráfico, lo que agrava aún más la situación.
El secretario de Gobierno Municipal, Francisco Javier Cardozo Tovar, denunció a través de medios locales que la mayoría de estos jóvenes prestan sus servicios a personas de Ecuador, México y Estados Unidos, quienes buscan soluciones esotéricas o prácticas de brujería para problemas personales o familiares. «Este fenómeno está asociado con plataformas virtuales, y el trabajo es realizado por jóvenes locales que ofrecen servicios de brujería a personas que se encuentran en el extranjero», afirmó Cardozo Tovar.

La deserción escolar en cifras
La deserción escolar, que afecta a un 4.75% de los estudiantes de Pitalito, es otro de los grandes problemas que enfrenta el municipio. Más de 1.000 estudiantes abandonan sus estudios cada año, y muchos se ven seducidos por alternativas rápidas y lucrativas, como la brujería virtual. Este fenómeno está causando estragos en el sistema educativo local, con consecuencias irreparables para el futuro de los jóvenes.
Oscar Humberto Cuellar Castro, secretario de Educación de Pitalito, destacó que la falta de oportunidades laborales y las condiciones socioeconómicas de muchos hogares son factores clave en esta creciente deserción escolar. «Los jóvenes buscan alternativas económicas que les permitan sobrevivir y, lamentablemente, algunos terminan involucrándose en actividades ilegales o poco convencionales, como la brujería. Este fenómeno nos tiene muy preocupados como administración», dijo Cuellar Castro.
La voz de las autoridades
Oscar Humberto Cuellar Castro, secretario de Educación de Pitalito, explicó que la deserción escolar no solo está relacionada con el fracaso académico, sino que también se debe a factores socioeconómicos que impulsan a los jóvenes a abandonar las aulas. «La deserción escolar está siendo impactada por la reprobación, pero también hay factores en Pitalito, como la falta de oportunidades laborales, que están haciendo que nuestros niños busquen alternativas económicas, en este caso, a través de la brujería. Esto nos preocupa bastante como administración», comentó Cuellar Castro.

Por su parte, Francisco Javier Cardozo Tovar, secretario de Gobierno Municipal, destacó que este fenómeno está relacionado con la creciente influencia de las plataformas virtuales. Según sus declaraciones a Blu Radio, jóvenes de Pitalito están prestando servicios de brujería a personas ubicadas principalmente en países como Ecuador, México y Estados Unidos. «Hay un fenómeno bien particular en la zona, asociado con el tema de la brujería vinculado a plataformas virtuales. Esto se está haciendo con jóvenes de la localidad, quienes prestan sus servicios a personas que se encuentran en otros países», señaló Cardozo Tovar.
El atractivo económico de la brujería digital
Lo que está atrayendo a los jóvenes a esta actividad es la posibilidad de ganar dinero rápidamente. Según fuentes locales, los jóvenes pueden estar ganando hasta un millón de pesos a la semana, lo que representa una cantidad considerable en una región donde las oportunidades laborales son limitadas. Sin embargo, las autoridades han señalado que este dinero podría estar siendo proveniente de economías ilícitas, como el narcotráfico, lo que aumenta las preocupaciones sobre las implicaciones de este fenómeno.
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“De acuerdo con lo que hemos podido establecer, estos jóvenes pueden estar ganando alrededor de un millón y medio de pesos a la semana. Conozco el caso de un joven que antes trabajaba como ayudante de mecánica, y ahora gana en una semana lo que ganaba en un mes. Este tipo de ingresos rápidos genera que estos adolescentes y jóvenes dejen el camino adecuado, más aún cuando enfrentan situaciones económicas y familiares complejas”, agregó Cardozo Tovar.

¿Qué están haciendo las autoridades?
Para hacer frente a esta situación, desde la administración municipal se están llevando a cabo diversas iniciativas para combatir la deserción escolar y sensibilizar a los jóvenes sobre las consecuencias de involucrarse en actividades ilícitas. Se están realizando mesas técnicas que incluyen la participación de la fuerza pública, el gobierno departamental, la Procuraduría, la Personería, la Defensoría del Pueblo, el ICBF y los propios padres de familia. El objetivo es atacar el problema desde sus raíces, promoviendo la educación como una herramienta clave para el desarrollo y el bienestar de los jóvenes.
Las autoridades también están buscando educar a las familias sobre los riesgos asociados con este tipo de actividades, que pueden involucrar no solo delitos, sino también peligros relacionados con el bienestar emocional y psicológico de los jóvenes que se ven envueltos en estas prácticas.
La necesidad de nuevas oportunidades laborales
Este fenómeno pone de manifiesto una realidad mucho más profunda: la falta de oportunidades económicas para los jóvenes en Pitalito. La creciente desempleabilidad juvenil es un factor que contribuye a que muchos jóvenes se vean seducidos por alternativas rápidas de ingresos, aunque involucren prácticas cuestionables.
El municipio de Pitalito necesita urgentemente más oportunidades laborales que ofrezcan a los jóvenes un futuro más prometedor y seguro. Si no se toman medidas, los problemas de deserción escolar y participación en actividades ilícitas podrían seguir creciendo, lo que afectaría gravemente el futuro de toda una generación.
El caso de Pitalito evidencia cómo la falta de oportunidades laborales, unida a las influencias digitales, está llevando a los jóvenes a abandonar sus estudios y optar por actividades peligrosas y poco convencionales, como la brujería virtual. La comunidad y las autoridades deben unirse para crear un entorno que ofrezca alternativas saludables y oportunidades económicas reales para los jóvenes, con el fin de evitar que este fenómeno se siga expandiendo. La educación y el apoyo familiar serán claves para solucionar este problema y asegurar que las nuevas generaciones tengan un futuro lleno de posibilidades, no de riesgos.
Un llamado a la acción
Este fenómeno no solo está afectando a los jóvenes directamente involucrados, sino que también pone en riesgo la seguridad y el bienestar de toda la comunidad. La falta de oportunidades y la deserción escolar son problemas profundamente arraigados en Pitalito, que solo pueden solucionarse a través de acciones conjuntas entre autoridades, instituciones educativas, familias y la misma comunidad.
La situación de los jóvenes de Pitalito es un llamado urgente para repensar las políticas públicas en educación, empleo juvenil y seguridad, ya que solo con un enfoque integral se podrá evitar que esta problemática continúe creciendo y afectando a las nuevas generaciones.

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