La región del Catatumbo, en Norte de Santander, vive una de las peores crisis humanitarias de los últimos años, provocada por los enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias del Estado Mayor Central (EMC).
Este conflicto, que ya suma más de 60 personas asesinadas en los últimos tres días, ha desatado un desplazamiento masivo de más de 200 familias, quienes buscan refugio en territorio venezolano.
Éxodo hacia el Zulia y Táchira
Desesperados por la violencia, los habitantes del Catatumbo han cruzado la frontera hacia los estados Zulia y Táchira en Venezuela. La densa selva, testigo del fuego cruzado, se ha convertido en una trampa mortal para quienes permanecen en la zona. Entre las víctimas de los enfrentamientos se encuentran firmantes del Acuerdo de Paz de 2016 y civiles, muchos de ellos sacados violentamente de sus hogares.
En respuesta a esta crisis, el gobierno venezolano, liderado por el ministro de Relaciones Exteriores, Yván Gil, activó operativos humanitarios en los municipios fronterizos de Jesús María Semprún (Zulia) y García de Hevia (Táchira). Según un comunicado, se han desplegado equipos de Protección Civil y se han establecido mecanismos de apoyo para las familias que han huido del conflicto.
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Mientras tanto, en Colombia, la Procuraduría General hace seguimiento al desplazamiento masivo. En ciudades como Ocaña y Cúcuta, se están recolectando testimonios de las víctimas y activando rutas de atención. Durante un Comité de Justicia Transicional realizado en Cúcuta, las autoridades locales coordinaron medidas urgentes para mitigar el impacto del desplazamiento forzado en la región.
El presidente Gustavo Petro, quien había apostado por el diálogo como eje central de su política de «paz total», suspendió el viernes las negociaciones con el ELN. La decisión llegó tras la muerte de personas atribuidas a acciones de este grupo armado en el Catatumbo y zonas fronterizas. A través de su cuenta en X (anteriormente Twitter), el mandatario aseguró que «el ELN no tiene ninguna voluntad de paz».
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