El país se encuentra en alerta roja debido al incremento de las altas temperaturas y la temporada seca que afecta a varias regiones. Según el más reciente informe del Ideam, 355 municipios están en riesgo de incendios forestales, mientras que 145 más enfrentan la amenaza de heladas. Ante este panorama, las autoridades hacen un llamado urgente a la prevención, destacando las regiones más afectadas y las medidas necesarias para mitigar los impactos de estos fenómenos climáticos extremos.
DIARIO DEL HUILA, ACTUALIDAD
Las altas temperaturas y la temporada seca propia de esta época del año en algunas regiones del país han generado una alerta por amenaza de incendios en 355 municipios de Colombia, según el más reciente informe del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam). Este incremento del 22% respecto a los 289 municipios reportados ayer refleja la creciente preocupación por la situación climática que atraviesa el país.
Municipios en Alerta Roja
De los 355 municipios en alerta, 176 se encuentran en alerta roja, lo que implica un alto riesgo de incendios. En particular, los departamentos de Santander, Cundinamarca y Boyacá son los más afectados, con 35, 33 y 28 municipios en alerta roja, respectivamente. Además, los departamentos de Norte de Santander, Vichada, Antioquia, Arauca, Bogotá, Caquetá, Guaviare, Huila, Magdalena y Meta también presentan una alta amenaza de incendios.
Según el Ideam, la amenaza se debe principalmente a la escasa presencia de lluvias y las altas temperaturas en diversas regiones del país. Este fenómeno, combinado con la sequedad de la vegetación, aumenta la probabilidad de que se presenten incendios forestales, especialmente en las regiones del sur, Orinoquia y Amazonia, que suelen ser más vulnerables en esta temporada.
Predicción Climática y Riesgos Asociados
La directora del Ideam, Ghisliane Echeverry, indicó que, según la predicción climática para enero, se esperan condiciones dentro de lo normal, con un mes caracterizado por menos lluvias en todo el país. Para febrero, se prevé un aumento de lluvias en el norte del país, especialmente en las zonas de los Andes, el Caribe y el Pacífico, mientras que la región Orinoquia y Amazonia continuará con una sequía propia de su clima. En cuanto a marzo, la predicción apunta a un comportamiento climático variable, lo que sugiere que las condiciones de sequedad pueden seguir afectando ciertas zonas.
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Este patrón climático también aumenta el riesgo de heladas en la región Andina, que podrían impactar la producción agrícola, afectando cultivos sensibles a las bajas temperaturas. La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, destacó que la baja nubosidad y la alta radiación solar contribuyen a la sequedad de la vegetación, lo que favorece el aumento de incendios. Sin embargo, la falta de nubosidad también provoca noches y madrugadas más frías, lo que puede resultar en la formación de heladas, afectando las áreas productivas.
Alertas por Heladas
Además de la amenaza de incendios, el Ideam ha emitido alertas por la probabilidad de descensos de temperatura en horas de la madrugada, especialmente en zonas de altiplano ubicadas entre los 2.500 y 2.900 metros sobre el nivel del mar. En total, 145 municipios están bajo alerta naranja por este fenómeno, con los departamentos de Boyacá, Cundinamarca y Nariño siendo los más afectados. La situación climática actual ha puesto en riesgo no solo los ecosistemas y los municipios propensos a incendios, sino también la producción agrícola en las zonas andinas que pueden verse afectadas por las heladas.
Recomendaciones y Preparativos
Ante la amenaza de incendios y heladas, el gobierno y el Ideam hacen un llamado a las autoridades locales y a la comunidad en general para que tomen medidas preventivas. Se recomienda evitar actividades que puedan generar focos de incendio, como quema de residuos o prácticas agrícolas sin control adecuado. Además, se insta a estar alertas a las condiciones de temperatura en las zonas altas, donde la posibilidad de heladas podría afectar los cultivos y la ganadería.
La situación actual es un recordatorio de los desafíos climáticos que enfrenta el país, lo que subraya la necesidad de una planificación y preparación adecuadas para mitigar los impactos de estos fenómenos en las comunidades, el medio ambiente y la producción agrícola.
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