La directora del Instituto Nacional de Cancerología, Carolina Wiesner, advierte sobre un preocupante incremento en los casos de cáncer en Colombia durante los próximos años. A través de esfuerzos en investigación, formación y atención integral, la entidad enfrenta retos cada vez mayores para combatir esta enfermedad, que ya es la segunda causa de muerte en el país.
DIARIO DEL HUILA, SALUD
En Colombia, el cáncer se proyecta como uno de los mayores desafíos de salud pública para la próxima década. Con un incremento estimado del 30 % en los casos para 2030, se intensifica la necesidad de fortalecer las estrategias de prevención, diagnóstico temprano y acceso a tratamientos efectivos. Carolina Wiesner, directora del Instituto Nacional de Cancerología (INC), alerta que, aunque el país ha avanzado significativamente, todavía hay mucho por hacer para enfrentar esta crisis sanitaria.
El Instituto Nacional de Cancerología, que recientemente cumplió 90 años, ha sido un pilar fundamental en la lucha contra esta enfermedad. Desde su fundación en 1934, bajo la influencia de la medicina francesa, el INC ha evolucionado como centro de referencia en investigación, formación de talento humano y atención integral a pacientes, independientemente de su capacidad de pago.
Un aumento alarmante en las cifras
Actualmente, cerca de 40.000 colombianos mueren cada año por cáncer, y se espera que esta cifra crezca proporcionalmente al aumento de casos nuevos, que ya ronda los 100.000 anuales. Según Wiesner, los tipos de cáncer más comunes en Colombia son el de mama en mujeres y el de próstata en hombres, seguidos del cáncer de colon, recto, estómago y pulmón. La mortalidad asociada al cáncer de mama es particularmente preocupante, ya que en Colombia las tasas son más altas que en países desarrollados, como Estados Unidos.
El impacto del desarrollo humano en el cáncer
El cáncer colorrectal, por ejemplo, está estrechamente ligado a países con un alto índice de desarrollo humano, donde factores como la expectativa de vida, la urbanización y los hábitos alimenticios aumentan su incidencia. Aunque esto refleja avances sociales y económicos, también plantea nuevos retos en la atención sanitaria.
“Vivimos más, pero tenemos más riesgo”, afirmó Wiesner, destacando que el cáncer es una de las principales consecuencias de las sociedades industrializadas.
Innovaciones y visión a futuro
El Instituto Nacional de Cancerología no ha cesado en su misión de modernizar los tratamientos disponibles. La incorporación de nuevos equipos de radioterapia y braquiterapia, así como avances en terapias específicas para linfomas cutáneos, marcan un progreso en la calidad y efectividad del cuidado que reciben los pacientes.
Además, el INC organizará este año un congreso internacional, donde se abordarán temas clave como la prevención, los cuidados paliativos y los desafíos éticos en el tratamiento del cáncer. Este espacio también buscará incluir a pacientes y familiares, promoviendo una visión integral que trascienda los aspectos médicos y técnicos.
Un llamado a la prevención
La prevención sigue siendo la piedra angular para reducir el impacto del cáncer en la sociedad. Según Wiesner, un tercio de los tipos de cáncer pueden prevenirse con hábitos saludables, vacunación y detección temprana. Sin embargo, es fundamental que la población pierda el temor y la culpa asociados con esta enfermedad, confiando en las herramientas terapéuticas disponibles.
El mensaje es claro: la lucha contra el cáncer requiere un esfuerzo conjunto entre el sistema de salud, los investigadores y la población. Cada acción cuenta para reducir las cifras de mortalidad y mejorar la calidad de vida de quienes enfrentan esta enfermedad.









