El auge de las motocicletas en Colombia ha venido acompañado de una preocupante sombra: el incremento alarmante de robos. En departamentos como el Huila, este delito no solo afecta la tranquilidad de los propietarios, sino que alimenta una compleja red de criminalidad que opera a nivel nacional e internacional.
DIARIO DEL HUILA, INVESTIGACIÓN
Por: María Camila Mosquera M.
En Colombia, las motocicletas han tomado un papel central en la movilidad diaria de millones de ciudadanos. Con aproximadamente 11.276.254 unidades registradas hasta octubre de 2023, las motos representan el 61% de la flota vehicular del país, según cifras de las autoridades de tránsito. Este fenómeno ha sido impulsado por su accesibilidad económica y la facilidad de desplazamiento que ofrecen frente a los problemas de tráfico, pico y placa, y el estado de las vías.
Sin embargo, esta creciente popularidad también ha traído consigo un aumento significativo en los robos de motocicletas. En enero de 2023, se reportaron 3.537 motos hurtadas en las principales capitales, lo que refleja un incremento del 6% en comparación con el mismo periodo de 2022. Las estadísticas evidencian que este problema está relacionado directamente con la expansión del mercado de motocicletas y la demanda de autopartes en el mercado negro.

Las motocicletas más robadas
El experto en seguridad Carlos Alfonso Boshell Norman ha identificado las motocicletas más susceptibles al robo. Entre las de alto cilindraje, las marcas japonesas Honda, Suzuki y Kawasaki lideran la lista debido a su calidad y alto valor en el mercado ilegal. Por otro lado, en las motos de gama baja, modelos como la Pulsar, Suzuki Gixxer, Yamaha FZ, Yamaha N-MAX, Boxer y AKT 125 NKD son los más buscados por los delincuentes para su desguace y venta por partes.
El experto también alerta sobre las modalidades de hurto más comunes, siendo el robo extorsivo una de las prácticas más frecuentes. En este caso, los delincuentes se comunican con los propietarios para exigir el pago de dinero a cambio de devolver el vehículo, amenazando con desguazarlo si no se cumplen sus demandas.

El Huila: un reflejo de la problemática nacional
El departamento del Huila no es ajeno a esta situación. Según datos del Observatorio del Delito de la Policía Nacional, entre enero y noviembre de 2024, Neiva se posiciona como el municipio con mayor incidencia de hurtos, registrando 79 casos. Este fenómeno también afecta a otras localidades como Pitalito (35 hurtos), La Plata (9 hurtos) y Campoalegre (7 hurtos), entre otras.
La capital huilense, Neiva, presenta un patrón preocupante, con un pico significativo de robos en mayo, cuando se reportaron tres incidentes el mismo día 18. En Campoalegre, Pitalito y otros municipios, los hurtos muestran una distribución constante durante el año, afectando tanto a áreas urbanas como rurales.
Factores que alimentan el delito
La situación económica del Huila, marcada por el desempleo y la pobreza, es un factor determinante en el aumento de los hurtos. Muchos delincuentes recurren al robo de motocicletas como un medio de subsistencia. Además, la falta de un control policial efectivo y recursos limitados para estrategias de prevención han permitido la proliferación de este delito.
El incremento en los precios de los repuestos importados, que han subido hasta un 42%, también ha disparado la demanda de autopartes en el mercado negro, incentivando a las bandas criminales a desguazar motocicletas robadas para su venta.

Cifras alarmantes en municipios del Huila
A continuación, se presenta una distribución detallada de los hurtos registrados en el Huila:
- Neiva: 79 hurtos
- Pitalito: 35 hurtos
- La Plata: 9 hurtos
- Campoalegre: 7 hurtos
- Rivera: 4 hurtos
- Garzón: 3 hurtos
- Timaná: 3 hurtos
- Guadalupe: 3 hurtos
- Palermo: 2 hurtos
- Acevedo: 2 hurtos
- Otros municipios (Algeciras, Gigante, Hobo, Isnos, San Agustín, Suaza, Teruel, Yaguará): 1 hurto cada uno
Medidas para mitigar el problema
Los expertos recomiendan diversas medidas para reducir el riesgo de hurto de motocicletas, como la instalación de dispositivos GPS, la contratación de seguros contra todo riesgo y evitar estacionar en lugares sin vigilancia. También destacan la necesidad de reforzar los controles en los talleres y negocios que comercializan autopartes, ya que la demanda de piezas robadas sigue siendo el principal incentivo para los delincuentes.

¿Qué pasa con las motocicletas hurtadas?
El destino de las motocicletas robadas varía según las intenciones y estrategias de los delincuentes. A continuación, se describen los principales destinos y usos que se les da a estos vehículos, basados en las observaciones de expertos y reportes de las autoridades:
Venta de autopartes en el mercado negro
Una de las modalidades más comunes es el desguace de las motocicletas para vender sus piezas por separado. Este método resulta rentable para los delincuentes, ya que los componentes de motos populares o de alto cilindraje tienen gran demanda en el mercado negro, especialmente debido al aumento en los costos de los repuestos originales.
– Piezas más buscadas: motores, sistemas eléctricos, rines, y piezas plásticas.
– Clientes potenciales: talleres mecánicos y personas que buscan piezas a precios más bajos que los oficiales.
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Exportación ilegal
Algunas motocicletas de gama alta son exportadas ilegalmente a países vecinos como Venezuela, Ecuador y Perú. En estos mercados, la escasez de piezas y su alto costo crean una oportunidad para los delincuentes:
– Destino frecuente: estas motos pueden ser vendidas completas o desarmadas en piezas.
– Modus operandi: redes internacionales que falsifican documentos para facilitar la salida de los vehículos.
Uso en actividades delictivas
Otra modalidad frecuente es el uso de las motos robadas en la ejecución de delitos, debido a su velocidad y facilidad para escapar:
– Actividades comunes: robos, atracos, tráfico de drogas y contrabando.
– Métodos de encubrimiento: los delincuentes suelen alterar el chasis, el motor y las placas para dificultar su rastreo.
4. Extorsión a los propietarios
El llamado robo extorsivo es otra tendencia en aumento. En este caso, los ladrones se comunican con los propietarios y exigen dinero para devolver las motocicletas:
– Dinero exigido: puede oscilar entre el 10% y el 50% del valor comercial del vehículo.
– Amenazas: si el dueño no paga, los delincuentes desguazan la moto o la revenden.
5. Venta en mercados informales
Algunas motocicletas robadas son vendidas de manera completa, pero con documentos falsificados:
– Compradores: personas que buscan motocicletas más económicas y no verifican su procedencia.
– Zonas frecuentes: ferias informales o plataformas digitales de compraventa.
Recomendaciones para los propietarios
– Instalar dispositivos GPS para rastrear las motos en caso de hurto.
– Evitar estacionarlas en lugares desprotegidos o sin vigilancia.
– Verificar la legalidad de las motocicletas antes de comprarlas en el mercado de segunda mano.
El destino final de las motos robadas refleja una estructura criminal compleja que opera tanto a nivel local como internacional. Esto subraya la necesidad de reforzar los controles policiales, aumentar la vigilancia en las fronteras y promover una mayor conciencia entre los ciudadanos para combatir esta problemática.
El aumento de los hurtos de motocicletas es un problema que afecta tanto a las grandes ciudades como a los municipios más pequeños del Huila. Este fenómeno, impulsado por factores económicos y sociales, requiere una acción conjunta entre las autoridades y la ciudadanía. Solo mediante el fortalecimiento de las estrategias de seguridad y la promoción de una cultura de prevención se podrá enfrentar este flagelo y devolver la tranquilidad a los propietarios de motocicletas en Colombia y el Huila.

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