En el Magdalena Medio, la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos (Credhos) ha denunciado una serie de amenazas y hostigamientos en su contra por parte del Clan del Golfo, una de las organizaciones criminales más poderosas de Colombia. A través de un panfleto recibido el 1 de enero, los defensores de derechos humanos fueron declarados como objetivos militares. La situación refleja un alarmante incremento de la violencia y el control territorial ejercido por grupos armados en la región.
DIARIO DEL HUILA, CONTEXTO
La situación de violencia en el Magdalena Medio sigue siendo una de las más preocupantes en Colombia. Recientemente, la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos (Credhos) ha denunciado una serie de amenazas y hostigamientos contra su organización y sus miembros en la zona, vinculados al Clan del Golfo, uno de los grupos armados ilegales más poderosos del país. Estos actos, que se han intensificado en las últimas semanas, son una muestra del crecimiento del paramilitarismo en la región y del alto riesgo que enfrentan los defensores de los derechos humanos.
El 1 de enero de 2025, Credhos recibió un mensaje de texto con un panfleto amenazante, donde se señalaba a los líderes sociales y defensores de derechos humanos como nuevos objetivos militares. La amenaza no solo estaba dirigida a la organización, sino también a cuatro de sus miembros en Barrancabermeja, Santander. Este tipo de intimidaciones ha sido recurrente en los últimos años, lo que ha generado una creciente preocupación entre las autoridades y la sociedad civil.
Iván Madero, presidente de Credhos, identificó a Dylan Mauricio Benjumea, alias Gamba o Katín, como el responsable de un plan criminal del Clan del Golfo, conocido anteriormente como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC). Este grupo, que ha logrado consolidarse en diversas regiones del país, ahora se presenta bajo el nombre de Ejército Gaitanista de Colombia (EGC). Según Madero, este frente criminal, encabezado por Benjumea, opera en el sur de Bolívar y ha venido sembrando el terror en la región del Magdalena Medio.
En un video publicado por Credhos en sus redes sociales, Madero expresó que la situación de amenaza constante que enfrenta la organización forma parte de un plan cobarde y criminal dirigido por el Clan del Golfo. El presidente de Credhos también presentó cifras alarmantes sobre la violencia en Barrancabermeja, que terminó el 2024 con un total de 161 asesinatos. Esta violencia, según Madero, ha sido impulsada por los grupos armados que operan y controlan la región, sometiendo a la población civil y convirtiendo a los defensores de derechos humanos en objetivos fáciles de atacar.
La denuncia de Credhos es un claro llamado a las autoridades para que tomen acciones contundentes contra estos grupos armados ilegales. En sus declaraciones, Madero instó al gobierno a intensificar las medidas ofensivas para desarticular al Clan del Golfo y otras estructuras criminales que continúan afectando a la población en los territorios más marginados del país. A pesar de los esfuerzos realizados en 2024 con la implementación de políticas públicas para combatir estas organizaciones, el panorama en el Magdalena Medio sigue siendo sombrío.
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La situación no solo se limita a las amenazas a Credhos. En su comunicado del 2 de enero de 2025, la corporación advirtió que estas acciones violentas son el resultado de la expansión del paramilitarismo en los últimos años. Los grupos armados ilegales han intensificado sus operaciones en la región, lo que ha generado un aumento de hechos victimizantes contra la población civil. Esto, según Credhos, está directamente relacionado con el control territorial que las AGC han logrado consolidar en el Magdalena Medio, como parte de un proyecto paramilitar de largo alcance.
La organización también destacó que, en diciembre de 2024, ya había interpuesto acciones ante la Fiscalía General de la Nación para solicitar mayores medidas de protección para sus integrantes. En las últimas semanas, varios miembros de la corporación han sido víctimas de desplazamientos forzados y amenazas directas, lo que ha generado un clima de gran inseguridad en la región.
El Clan del Golfo, desde su consolidación a principios de los años 2000, ha logrado convertirse en la organización criminal más poderosa del país. A pesar de las desmovilizaciones paramilitares, el grupo ha mantenido su poder en diversas regiones, especialmente en el Urabá antioqueño, el Chocó y las regiones del Pacífico y el Caribe. En este contexto, el Clan del Golfo ha vuelto a declarar a Credhos como un objetivo militar, un hecho que no es nuevo para la organización. Entre 2022 y 2023, ya se habían divulgado panfletos con amenazas similares, lo que evidencia un patrón de hostigamiento sostenido hacia la corporación y sus miembros.
Credhos ha sido reconocida como la primera víctima colectiva en el macrocaso 08 de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), un proceso que investiga los crímenes cometidos por la fuerza pública en el marco del conflicto armado colombiano. Este reconocimiento resalta el papel crucial que juega la organización en la documentación y denuncia de violaciones a los derechos humanos, así como en la búsqueda de justicia para las víctimas del conflicto armado.
La creciente violencia en el Magdalena Medio, y especialmente las amenazas contra los defensores de los derechos humanos, ponen de manifiesto la urgente necesidad de fortalecer las políticas de seguridad y protección en la región. Mientras los grupos armados ilegales continúan con sus acciones violentas, la sociedad civil y las organizaciones de derechos humanos como Credhos se mantienen en la primera línea de defensa, luchando por la construcción de un país más justo y libre de violencia.
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