Por: Alfredo Vargas Ortiz
El 2024 fue un año maravilloso, lleno de metas cumplidas, proyectos desarrollados y retos superados que nos han fortalecido para seguir contribuyendo al progreso de nuestro país. El 2025 no puede ser diferente, ya que tenemos mucho por hacer desde nuestra posición para mejorar nuestra sociedad.
En la Universidad Surcolombiana, por ejemplo, se llevarán a cabo elecciones para elegir al nuevo rector. La persona designada por la comunidad universitaria dirigirá los destinos de nuestra institución durante los próximos cuatro años, orientando todas las acciones hacia los grandes retos establecidos en el Plan de Desarrollo. Con 26 años de experiencia en la institución y un amplio recorrido académico y administrativo, el próximo 13 de enero de 2025 presentaré mi hoja de vida a la comunidad universitaria, con el propósito de contribuir al mejoramiento continuo de nuestra alma máter.
Uno de los mayores retos que enfrentamos es la erradicación de la corrupción. Nuestra institución cuenta con antecedentes positivos en este ámbito: logramos ser una de las 10 universidades más transparentes del país. Es fundamental recuperar ese legado, inspirado en el liderazgo del profesor Eduardo Pastrana Bonilla, quien en su momento orientó la universidad con criterios académicos y ajenos a la politiquería. La universidad debe ser un referente ético y moral, sin permitir que intereses políticos se apoderen de sus recursos o desvirtúen su misión.
La universidad también debe adoptar una perspectiva global. Es hora de que nuestros estudiantes se gradúen con certificaciones mínimas de nivel B2 en inglés, y que los licenciados en esta lengua alcancen el nivel C1, según el Marco Común Europeo. Asimismo, debemos promover la enseñanza de otros idiomas como mandarín, coreano, japonés, alemán, portugués y francés. Estos conocimientos abrirán puertas a nuestros estudiantes y profesores en el ámbito internacional.
Es esencial crear un Observatorio Laboral que analice de manera constante las dinámicas del mercado laboral y conecte la oferta con la demanda en áreas emergentes como inteligencia artificial y seguridad informática. Esto garantizará que nuestros egresados encuentren empleos seguros y bien remunerados.
Además, proponemos la creación de un Centro de Estudios del Asia-Pacífico. Este espacio permitirá establecer alianzas con países como China, Japón, Corea del Sur, Singapur, Indonesia e India, que destacan en la lucha contra la pobreza, educación de calidad, seguridad alimentaria y desarrollo económico sostenible.
La universidad también debe fortalecer su papel como institución líder de la región Surcolombiana. Esta área, golpeada por el conflicto armado interno, enfrenta retos como el desplazamiento de más de 600 mil personas, altas tasas de homicidios, analfabetismo superior al 12% en zonas rurales, pobreza que afecta al 40% de la población y limitado acceso a la educación superior. Solo 10 de cada 100 egresados de la educación secundaria acceden a la universidad pública. Nuestra misión debe ser actuar como un faro que denuncia las injusticias y trabaja por una sociedad más equitativa y desarrollada, promoviendo la ciencia, la educación y las artes como herramientas de transformación social.
En este propósito, trabajaremos junto a la comunidad universitaria para consolidar una Universidad de Pensamiento Universal que inspire cambios positivos y sostenibles en nuestra región y en el país entero.








