La tarde del miércoles 1 de enero fue escenario de un es alarmante incidente en la Fundación Picachos, conocida como la correccional de menores de Neiva, ubicada en el norte de la ciudad. Un incendio, generado por un grupo de internos, puso en riesgo la seguridad de los adolescentes y del personal de esta institución. La humareda que salía del centro de reclusión juvenil fue visible desde varios puntos de la capital huilense, causando alarma entre los vecinos y movilizando a distintos organismos de emergencia.
DIARIO DEL HUILA, NEIVA
POR: ALEJANDRO POLANCO
En este evento participaron el cuerpo de bomberos oficiales, la Policía Metropolitana de Neiva, unidades del UNDMO y la Personería de Neiva. La rápida respuesta de las autoridades logró controlar la situación, evitando que las llamas se propagaran y causaran mayores daños.
Aunque no se reportaron víctimas mortales ni heridos graves, los daños materiales y el impacto emocional del incidente han dejado interrogantes sobre las condiciones y la gestión de estos centros.
El personero de Neiva, Andrés Bastidas, explicó que durante la emergencia se enfocaron en garantizar que la intervención policial cumpliera con los protocolos establecidos. “Nos aseguramos de que el armamento utilizado por el UNDMO fuera no letal y adecuado para este tipo de situaciones. Adicionalmente, un delegado de la Personería estuvo presente para acompañar las acciones de las autoridades y velar por los derechos de los menores”, indicó Bastidas.
Situación en la Fundación Picachos
Según los informes iniciales, el incendio fue provocado por algunos internos que prendieron fuego a colchones dentro de las instalaciones. Este acto se enmarcó en un motín que, según Bastidas, fue impulsado por diversas inconformidades de los adolescentes, incluyendo restricciones internas y la falta de visitas familiares.
Sin embargo, las acciones del grupo también podrían estar relacionadas con el intento de obtener sustancias psicoactivas, una problemática recurrente en este tipo de espacios.“Si bien entendemos que algunos de los menores pueden sentirse frustrados por las condiciones en las que viven, no podemos justificar actos que pongan en peligro sus propias vidas y las de otros. Trabajaremos para fortalecer las medidas de control y los programas de rehabilitación en la fundación”, afirmó el personero.
La Fundación Picachos es un centro destinado a la rehabilitación de menores infractores. En su interior conviven adolescentes con diferentes perfiles delictivos, desde hurtos menores hasta delitos más graves. En el área donde se originó el motín se encontraban 19 menores.
Según informó la Personería, los daños materiales incluyeron colchones, mobiliario y parte de la infraestructura del pabellón afectado. La institución ha sido objeto de críticas recurrentes por las condiciones en las que se encuentran los menores y la falta de iniciativas integrales para su reinserción social.
Causas del motín
Según Bastidas, la Personería de Neiva es garante de derechos humanos. Al llegar al lugar, evidenciaron en diálogo con algunos de los menores y con los organismos de control del lugar diferentes posibles causas del motín organizado por los internos. Varias causas pudieron haber contribuido al estallido, entre estas se encuentra la falta de visitas familiares.
Las restricciones impuestas por protocolos de seguridad y otras razones administrativas han limitado la mitad de familiares, generando frustración entre los menores internos.Asimismo, el personero aseveró que, al igual que en cualquier cárcel del país para adultos, los centros correccionales del país están exentos de la realidad del consumo de drogas.
Muchos jóvenes son completamente dependientes de este tipo de sustancias psicoactivas, y al estar dentro de estos centros y ser prohibido el consumo de las mismas, hace que estos jóvenes pierdan el control de sí. Es más que evidente para el personero que ninguno de esos motivos debe llevar a poner en riesgo la integridad misma.
Tras el incidente, la Personería de Neiva anunció que intensificará las visitas al centro para supervisar las condiciones en las que se encuentran los menores. Según Andrés Bastidas, se buscará fortalecer la colaboración con el ICBF y los directivos de la Fundación Picachos para implementar medidas que prevengan futuros episodios de violencia.“Es esencial establecer un equilibrio entre las medidas disciplinarias y las iniciativas que promuevan la rehabilitación efectiva de los menores.
También hacemos un llamado a las familias para que asuman un rol activo en este proceso, entendiendo las reglas que rigen estos espacios”, enfatizó Bastidas.
Posición de la Policía Metropolitana de Neiva
El coronel Alexander Castillo Marín, comandante de la Policía Metropolitana de Neiva, detalló las acciones realizadas durante la emergencia. “Recibimos una alerta ciudadana sobre movimientos inusuales en el centro. Al llegar al lugar, confirmamos que un grupo de internos había iniciado una protesta quemando colchones.
La intervención oportuna de las autoridades logró controlar la situación sin mayores consecuencias”, afirmó Castillo.El comandante también subrayó la importancia de investigar las causas subyacentes del motín para tomar medidas correctivas. “Nuestra prioridad es garantizar la seguridad de los menores y del personal de la fundación. Trabajaremos en conjunto con las autoridades locales para evitar que este tipo de eventos se repitan”, concluyó.
Además, Castillo destacó la necesidad de fortalecer los protocolos de seguridad y mantener un monitoreo constante en las instalaciones para prevenir futuros incidentes. “Estamos en comunicación constante con las instituciones responsables para evaluar cada aspecto relacionado con el bienestar de los internos y asegurar que cualquier señal de alarma sea atendida de manera eficaz”, señaló.
Desafíos y necesidades
El incidente en la Fundación Picachos pone de manifiesto las profundas fallas estructurales en el sistema de justicia juvenil en Colombia. Estas problemáticas no solo afectan a los menores privados de la libertad, sino también a las comunidades que buscan su reintegración social. La rehabilitación efectiva requiere un enfoque integral que aborde las necesidades educativas, emocionales y sociales de los adolescentes.
Además, este tipo de eventos subraya la necesidad de aumentar la inversión en infraestructura, personal capacitado y programas psicosociales en centros de reclusión juvenil. Los expertos también coinciden en que es fundamental fortalecer los mecanismos de supervisión para garantizar el cumplimiento de los derechos humanos de los menores.
El intento de motín en la Fundación Picachos es un llamado de atención para las autoridades locales y nacionales. Si bien la rápida intervención evitó mayores consecuencias, es crucial implementar medidas estructurales que prevengan futuras crisis. La coordinación entre las autoridades, las familias y los internos es clave para construir un sistema de justicia juvenil más humano y efectivo.
