Parapeto. –
Por: Julio Bahamón Vanegas.
Hoy quiero dedicar mi columna a la memoria de un dilecto amigo, el Dr. Luis Humberto Tovar Trujillo, para rendirle homenaje a un hombre cuyo legado perdurará en el tiempo como símbolo de carácter, lealtad, integridad, servicio y compromiso. Abogado de profesión, su vida fue un ejemplo permanente de dedicación al bienestar de los demás. Tuve el honor de conocer a su padre a principios de la década de los años 70 en Yaguará cuando me correspondió construir el edificio de la Caja Agraria, hoy Banco Agrario, y a Luis Humberto aún muy joven, que mostraba ya sus condiciones de líder en su comunidad.
Nacido en Yaguará, estudio en la Universidad Libre Derecho en donde también se especializo en Derecho Administrativo.
Luis Humberto dedico sus capacidades a servir desde otros ángulos a la sociedad huilense. Fue director de Bienestar Familiar en el Huila, Contralor Departamental, secretario de Gobierno y de Hacienda del Huila, destacado docente y como tal, inspiro a las nuevas generaciones como profesor de derecho en las Universidades Nariño y Cooperativa de Colombia.
Político por convicción de ideología conservadora durante los primeros años de su ejercicio, y luego como leal y activo militante del partido de Uribe, el Centro Democrático, al que representó con lujo de competencia en la Asamblea del Departamento del Huila. Certero, ético, riguroso, creativo columnista del prestigioso Diario del Huila.
Lamentablemente el 24 de diciembre anterior mientras compartía las festividades navideñas con su familia un fulminante ataque al corazón cegó su meritoria existencia. Con alguna frecuencia solía llamarlo para consultarle temas relacionados con la política regional y nacional, y para recibir sus categóricas opiniones que en la mayoría de las veces compartía.
Su muerte temprana deja un vacío en las filas del partido y dentro de la sana sociedad huilense. A la vez, nos deja un ejemplo de reciedumbre y de carácter, virtudes que debemos seguir.
Luis Humberto será recordado por su integridad, su espíritu amable y recio y su incansable lucha por construir un Huila más justo y solidario.
Hoy quiero honrar su memoria, y desde acá le digo a mi estimado amigo que será un compromiso mantener vivo su mandato, y tenemos fe en que los nuevos hombres y mujeres del Huila a los que ayudo a formar transmitiendo su sabiduría jurídica, como una manera de impulsar la construcción de una sociedad dentro del cumplimiento de la justicia y el respeto por los derechos humanos, seguirán la huella que deja este hombre grande a quien, gracias a Dios tuve el privilegio de conocer.
A sus hermanos, a sus hijos y familiares nuestros sentimientos de solidaridad y afecto.
Descanse en paz, estimado amigo.








