Ruber Bustos Ramírez
Recientemente el Comité Departamental de Cafeteros del Huila organizó un evento que quedará grabado en la memoria de nuestro sector.
Un espacio donde reconocimos el compromiso de 22 alcaldes de municipios cafeteros y de aliados estratégicos como Tim Hortons, Pur Project, la Gobernación del Huila, la CAM y el Grupo Asociativo San Isidro, quienes han depositado su confianza en la Federación Nacional de Cafeteros.
Gracias a estos convenios y a la colaboración de todos, más de 17.400 familias caficultoras han mejorado su calidad de vida en 2024.
Estos logros nos llenan de orgullo, porque en muchos rincones rurales de Colombia, donde el Estado rara vez llega, estos esfuerzos conjuntos han cambiado vidas. Son obras que, aunque parezcan pequeñas, tienen un impacto inmenso en nuestras comunidades.
Recuerdo mi infancia cuando por primera vez se construyó una carretera en mi vereda por la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, una obra que permitió no solo la movilidad, sino el ingreso del progreso, desarrollo y el mejoramiento del tránsito, y por ende, nuestra calidad de vida. Para muchos, era solo un camino; para mí y mi comunidad, era el inicio de un cambio. Hoy, décadas después, seguimos construyendo esperanza en estos territorios olvidados.
Este año, con más de 18 mil millones de pesos invertidos, hemos construido placas huellas, mejorado escuelas, y realizado cerramientos que fortalecen la infraestructura rural. Son resultados visibles de un trabajo mancomunado entre las administraciones municipales, las comunidades y el Fondo Nacional del Café.
Como gremio, no solo representamos a los caficultores; los escuchamos, hacemos y transformamos. Sin embargo, aún hay deudas pendientes con la ruralidad y con el sector cafetero. Por ello, este evento no fue solo una celebración, sino también un llamado a seguir trabajando.
A los alcaldes, les pedimos mantener su compromiso; al gobernador del Huila, lo invitamos a redoblar esfuerzos, y a todos los aliados, les reiteramos que su apoyo es vital.
Nuestro foco sigue siendo la caficultura. Debemos apostar por proyectos técnicos que fortalezcan las empresas cafeteras, que generen sostenibilidad económica y ambiental en nuestras fincas. Agradezco profundamente a los colaboradores, al Servicio de Extensión, a los comités municipales y departamentales, a los ingenieros y a todos los que hacen visibles estas obras.
Este es un trabajo de equipo que sigue construyendo país.
Durante 97 años, la Federación Nacional de Cafeteros ha sido un puente entre las necesidades de las comunidades y las soluciones posibles, construyendo desarrollo en todo el país, llegando a cada uno de los municipios cafeteros de Colombia. Seguiremos trabajando para cerrar la brecha entre lo urbano y lo rural, para que todos tengamos una calidad de vida digna. Porque el café no solo es una tradición; es el motor que mueve nuestra economía y el corazón de nuestras montañas.
Juntos, seguiremos demostrando que cuando hay confianza, voluntad y unión, el cambio llega hasta los lugares más apartados. Que este sea el inicio de un futuro aún más prometedor para nuestras comunidades cafeteras.








