El presidente Gustavo Petro realizó una contundente declaración sobre las raíces de la crisis climática global.
Acompañado por la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, desde el majestuoso Parque Nacional Natural Chingaza, en Choachí, Cundinamarca, junto a comunidades del páramo, el mandatario responsabilizó a los grandes capitales del mundo de los desastres ambientales y exigió que asuman las consecuencias de sus acciones, especialmente en favor de las poblaciones más vulnerables.
La codicia
“El problema no lo causa el sol, ni el agua, ni la tierra, ni Marte. Es la codicia», afirmó Petro. El presidente explicó que el afán por producir más y obtener mayores ganancias ha llevado al uso indiscriminado de energías fósiles como el petróleo, carbón y gas, lo que incrementa las emisiones de gases de efecto invernadero.
“El desierto que avanza, los damnificados en Colombia y en todo el mundo, los niños que mueren por hambre, las islas inundadas… Los grandes ricos de la tierra deberían pagar por estas consecuencias, pero no quieren hacerlo”, añadió Petro, quien subrayó la desigualdad que sufren los países pobres al ser los más afectados por los efectos del cambio climático.
El costo de la crisis
Muhamad advirtió que los países ricos están priorizando la inversión en conflictos armados en lugar de destinar recursos a combatir el cambio climático. “Los 1,3 billones de dólares que necesitamos para la financiación climática están siendo invertidos en armamento y guerra. Es totalmente contradictorio», afirmó.
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El presidente Petro reforzó esta idea al expresar: “La riqueza de los ricos se está irrigando con la sangre de los pobres. Es Gaza multiplicado por 10.000 en todo el sur».
Impactos futuros
Muhamad también alertó sobre los efectos combinados del cambio climático y los conflictos armados, que incrementarán el desplazamiento forzado y la inseguridad global. “Será un doble impacto que afectará cada vez más a los más vulnerables”, dijo.
Petro y Muhamad coincidieron en que Colombia debe seguir liderando las discusiones ambientales globales y tomar acciones contundentes para enfrentar los desafíos climáticos. La transición energética y la justicia social son los pilares fundamentales para construir un futuro sostenible que priorice la vida y la equidad.
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