Por: Harold Salamanca
Este domingo será distinto. Después de cuatro décadas, quienes compartimos aulas, recreos y sueños en el Colegio Claretiano, promoción 1985, nos volveremos a encontrar. Además de un evento social: es la primera vez, desde aquel día de grado, que lograremos reunirnos en un mismo lugar.
La vida nos llevó por caminos insospechados. Algunos se quedaron en Neiva, otros construyeron su historia en distintas ciudades de Colombia y hasta en otros continentes. Las distancias, las responsabilidades y el paso del tiempo hicieron que lo que parecía fácil en nuestra juventud, volver a vernos se convirtiera en un reto de años.
Pero el espíritu claretiano, ese que nos enseñó la amistad sincera, la disciplina y el servicio, sigue intacto. La convocatoria empezó como un susurro en un grupo de chat, y pronto se convirtió en un movimiento imparable. Hoy podemos decir con orgullo que compañeros que viven en Europa, Estados Unidos y diferentes regiones del país ya tienen sus tiquetes listos para llegar a Neiva.
Será un reencuentro cargado de anécdotas y memorias. Volverán a la mesa aquellas historias de pupitres, profesores exigentes y partidos de fútbol bajo el sol ardiente. Habrá risas, abrazos y, seguramente, algún silencio emotivo para recordar a quienes ya no están físicamente, pero que siguen presentes en nuestras conversaciones y en nuestros corazones.
Más que nostalgia, este encuentro es una reafirmación de la fuerza de los vínculos humanos. Es la demostración de que el tiempo puede cambiar rostros, pero no la esencia de lo que compartimos. Nos graduamos juntos, pero sobre todo, crecimos juntos.
El próximo domingo, Neiva será el punto de encuentro geográfico; pero también será el punto de encuentro emocional de una generación que aprendió que la amistad verdadera no se marchita. Que 40 años no son un obstáculo, sino una razón más para abrazarnos con fuerza.
Adriana, Eliane, Neiffe, Diana Carolina, Yolanda, Ximena, Andrés, Elkin. Javier, Heriberto Mauricio, Mauricio Fernando, Roberto, Luis Eduardo, Olga Lucía, Armando, Alejandro, José Ricardo, Harold Yunda, Víctor Francisco, Luis Felipe, Mauricio, Rogelio, Héctor Hernán, Luis Fernando, Luis Hombardo, Rosa María, Carlos Hernán, Victoria y el suscrito estamos convencidos que este reencuentro no es un cierre de capítulo, sino el inicio de una nueva etapa. Porque después del domingo, nos quedará claro que ya no dejaremos pasar tanto tiempo para volver a mirarnos a los ojos y decir: Aquí seguimos, unidos, como siempre.
