Por: Sergio Trujillo
Diputado del Huila
El Huila celebra con orgullo los 120 años de su joya cultural más emblemática: la Banda Sinfónica del Huila, fundada el 1 de julio de 1905 por decreto del entonces gobernador Rafael Puyo Perdomo. Desde sus primeros acordes bajo la dirección del maestro Milcíades “Chato” Durán, esta agrupación no solo ha acompañado la vida institucional del departamento, sino que se ha convertido en un símbolo vivo de identidad, memoria y esperanza.
A lo largo de más de un siglo, la Banda ha sido dirigida por músicos de excelencia, quienes dejaron huella en la historia cultural del Huila y del país. Nombres como Jorge Durán Plazas, Roberto Pineda Duque, Rafael Guevara, Anselmo Durán Plazas, Carlos Enrique Cortés y Abel Valderrama Yusti evocan una tradición de entrega y profesionalismo que se mantiene viva en la dirección actual del maestro Wilder de Jesús Román Grisales. Cada uno de ellos, con disciplina y talento, condujo a la Sinfónica a escenarios donde el nombre del Huila brilló con fuerza y respeto.
No es exagerado afirmar que la Banda ha sido una embajadora cultural en los más diversos escenarios nacionales e internacionales. Ha tenido el privilegio de presentarse en el Palacio de Nariño, donde fue galardonada por el presidente Virgilio Barco, y de recibir la declaratoria como Patrimonio Cultural del Huila en 2003. Sus innumerables condecoraciones —la Orden de la Huilensidad, la Orden de la Gaitana, la Orden del Congreso de Colombia en grado de comendador, entre muchas otras— son testimonio de una trayectoria que inspira y honra.
Pero más allá de los reconocimientos, el mayor legado de la Banda está en su vocación social y pedagógica. Hoy, a través de la Corporación Sinfónica del Huila “Abel Valderrama Yusti”, la agrupación trabaja con niños, niñas y jóvenes en comunas de Neiva en condiciones de vulnerabilidad, sembrando esperanza y construyendo paz con cada nota musical. Esa labor de formación musical garantiza que nuevas generaciones encuentren en cada instrumento un camino de vida, de disciplina y de sueños posibles.
En cada gala —sea la lírica de Semana Santa, la de apertura del Festival Nacional del Bambuco o la de Navidad— la Banda Sinfónica del Huila reafirma que la cultura es el corazón de nuestro territorio. Sus 40 músicos, altamente calificados, representan la excelencia, el esfuerzo colectivo y la certeza de que el arte puede transformar comunidades enteras.
Hoy, como huilense y como Diputado, quiero rendir homenaje a esta institución centenaria que ha sabido resistir el paso del tiempo y reinventarse sin perder su esencia. La Banda Sinfónica del Huila es más que un conjunto de músicos: es orgullo del Huila, patrimonio de Colombia y escuela de vida para miles de jóvenes.








